Los residentes de Hadiya, en el centro de Irak, y familiares de las 24 personas muertas por las fuerzas de EEUU durante un operativo el 19 de noviembre de 2005 mostraron su sorpresa e indignación por la leve condena impuesta al sargento Frank Wuterich responsable de la masacre, que fue condenado a 90 días de arresto. La matanza de Hadiya, de 80.000 habitantes, es uno de los más graves crímenes de guerra cometidos por el Ejército estadounidense durante la ocupación de Irak.

«¿Tres meses de prisión por matar a 24 personas inocentes? Es un ataque contra la humanidad», denunció Khalid Salman, concejal y abogado de las víctimas. «Los ciudadanos de Hadiya están deprimidos, especialmente las familias de estas 24 personas asesinadas sin razón. Todo lo que queremos es justicia», exclamó Omar al-Hadith, un periodista de la televisión local.

«La sangre de los iraquíes y de las personas del Tercer Mundo es la más barata. ¿Acaso no vale tanto como la estadounidense?», remarcó el médico Ayad Ghazi Musleh. «El pueblo árabe ama la historia. Nadie va a olvidar lo ocurrido», subrayó.

El lunes, Wuterich se declaró culpable de «incumplimiento del deber militar» tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía.