Costó, pero Gescrap Bizkaia Bilbao Basket sumó su primer triunfo en este Top 16. A diferencia del duelo jugado en Siena, los hombres de negro desplegaron su mejor juego en el cuarto final, después de disputar ante Unicaja un partido igualado y bastante gris, donde el escaso acierto en el triple resultó fundamental. Mejor dicho, el momento clave fue en el que los bilbainos al fin lograron clavar los tiros de tres. Además, los de Katsikaris obtuvieron una singificativa renta de 15 tantos.

Un parcial de 14-2 al inicio del cuarto período rompió el encuentro entre vizcainos y malagueños. Un triple de Vasileiadis abriría la veda, seguido de otro de Mumbrú y dos de Raül López. Aquella racha fue como quitar el freno de mano. La anotación no estaba siendo mala, 58-52 al final del tercer cuarto, gracias a un buen porcentaje de tiros de dos puntos. Mumbrú hacía daño en el poste bajo, con buenas aportaciones de Jackson, Vasileiadis o Mavroeidis, daño que compensaba Freeland -el mejor de los de Chus Mateo pese a sus molestias-, con la colaboración de Fitch, Rowland o Peric. Pero hasta el arranque del último cuarto, solo lucían dos triple locales -Mumbrú y Vasileiadis- y uno visitante -Garbajosa-, lo cual mantenía el choque vivo.

Ese equilibrio era lo que mayor atractivo ofrecía el duelo, por lo demás gris en grado sumo; sin estupideces por ninguno de los dos contendientes, sin destacar ni en ataque -salvo el talento de Freeland- ni en defensa. Después de que ambos conjuntos cayeran en la primera jornada del Top 16, el duelo del Bilbao Arena se convertía en una encrucijada más que importante, sobre todo para el cuadro que saliera derrotado.

Con este 85-70 a su favor, Gescrap Bizkaia Bilbao Basket empieza a cumplir uno de los preceptos irrenunciables de la Euroliga, sobre todo en esta segun da fase -y que en tantas ocasiones ha incumplido-: asegurar los partidos como local. A trancas y barrancas, el conjunto vizcaino llevó la iniciativa durante casi todo el rato, aunque con ventajas que apenas superaban los cinco puntos. Ambos equipos se hacían daño desde la línea interior -o bien a base de penetraciones por parte de Jackson y Fitch-, mientras que por fuera no estaban nada atinados.

Del peligro a la ruptura

El verdadero momento de peligro llegó en el tercer período, después de haber llegado 36-34 al descanso. Unicaja logró un parcial de 0-8, adelantándose 38-42. Los hombres de negro contestaron con un 7-0, en un parcial que incluyó el primer triple local, obra de Mumbrú.

El duelo se mantuvo parejo hasta los últimos instantes del tercer cuarto, momento en el que los de Katsikaris endosaron un parcial de 7-2, para entrar en el cuarto final con seis puntos de renta: 58-52.

Esos dos arranques fueron el preludio del chaparrón triplista que trajo consigo el cuarto período. Los locales lograron una máxima ventaja de 18 puntos, 74-56, y aunque Unicaja se arrimara a 11 a poco más de un minuto, 76-65, Bilbao Basket no se dejaría sorprender. Además, Hampl pudo jugar y despedirse de la afición de Miribilla.