Raimundo Fitero
Efecto oscuridad
Algunos le llaman síndrome Senovilla, por aquella presentadora de éxito de nombre Alicia que encadenó una serie de fracasos hasta su oscuro total. Mediaset, o Tele 5, para afinar mejor el tiro, emprendió una política de despojamiento de valores en alza a la cadena la sexta, y fichó con talonario a varias de sus presentadoras estrella. Jóvenes, guapas, solventes en la corta distancia. Pilar Rubio, Tania Llasera, para no hacer la lista interminable. Pues han pasado del estrellato más rutilante a convertirse en las cenizas, en las que entierran programas. No solamente llevan al oscuro su carrera, su caché, sino que acaban con productos hasta entonces con una magnífica trayectoria en su relación con las audiencias.
Quizás, el más espectacular haya sido el fracaso de OT, con Pilar Rubio, que después se recicló en actriz, y hundió todos los barcos Piratas que le pusieron para su lucimiento. Alguna otra intervención y a la nevera, a esperar que concluya su contrato multimillonario.
«Vuélveme loca» es un programa joven, muy ruidoso, que comenzó como un relleno de los fines de semana, con recortes y saldos de otros programas de al cadena relacionados con el corazón y ese mundo de mentiras encadenadas. Fue creciendo en audiencia, logró colocarse en un puesto competitivo, sus conductoras fueron abandonando, hasta que el programador, productor, jefe de Tele 5, con mayor vocación de aniquilador, o un suicida nato, o un infiltrado de la competencia, consideró que para elevar la audiencia, había que colocar a Tania Llasera junto a Jaime Bores, y claro, ha desaparecido el programa. Él ya pertenecía a los marcados por el fracaso continuado, contumaz, y ella ha entrado en ese club después de acumular fracasos en los últimos meses. Carreras luminosas, que parecían imparables, frenadas de golpe por los bajos resultados de audiencia.
Siempre volvemos a lo mismo, hay profesionales que en un colectivo, para dos minutos son excelentes, pero con mayores responsabilidades no dan la talla. También existen gafes. O salvamentos sospechosos como el de Patricia Gaztañaga por la ETB más desnortada de todos los tiempos. Atentos a Sofres.