Récord del paro, un estropicio con responsables
Los datos sobre el desempleo que ayer hizo públicos la Encuesta de Población Activa solo pueden calificarse de alarmantes. En Euskal Herrial son 25.400 ciudadanos más los que han engrosado las listas del paro en el último año y en números relativos el paro se sitúa ya en un 12,87%, significativamente superior a la tasa de la eurozona, un 10,3%. Conviene resaltar a su vez los datos del Estado español, que sobrepasa holgadamente la sicológica barrera de los cinco millones de parados, con casi un cuarto de la población activa y la mitad de los jóvenes de entre 16 y 24 años en paro. Unos datos de récord en la eurozona a los que además acompaña la dramática certeza de una nueva recesión económica.
Más allá de resaltar los datos, urge subrayar el fracaso de una política -que defiende la austeridad y los recortes como una nueva religión- y que el estropicio tiene unos responsables. Esa apuesta está destrozando la economía real y saqueando los bienes colectivos. Es evidente que destruye empleo, pero algunos sostienen que es un lubricante necesario para que la maquinaria económica funcione. Mientras tanto, el paro, un fenómeno crónico y que todo lo corroe, probablemente la más nociva enfermedad de nuestras sociedades, crece, cambiará el rumbo de la vida y marcará de forma indeleble el carácter de toda una generación. No habrá solución sin dar con un modelo socioeconómico radicalmente nuevo.