Gernika cerró ayer la primera vuelta de la fase regular del Parejas con el duelo entre las dos parejas más irregulares de lo que llevamos de campeonato y allí, Xala-Laskurain demostraron su capacidad de caminar sobre el alambre. Tras los bandazos de los primeros partidos, a la pareja de Aspe le urgía la victoria para volver a meterse de lleno en la pelea por las semifinales y fueron capaces de mostrar -pese a algunos errores puntuales- su versión más solvente en un momento de necesidad. Por contra, Bengoetxea VI-Apraiz, que lo bordaron la semana pasada en Iruñea, fueron la cara opuesta de la misma moneda y concedieron demasiadas facilidades a sus rivales.

No fue, para nada, un buen partido el de ayer en Gernika, ya que la igualdad apenas duró hasta el 3-2. Con un Xala incisivo y un Laskurain mandón, los colorados enseguida se marcharon 9-2 y 11-3 frente a unos Bengoetxea VI y Apraiz que eran la antítesis de los que jugaron el sábado pasado ante Irujo-Barriola. Oinatz no acertaba en ningún remate y además tiró fuera los tres restos de sotamano en los que trató de ayudar a Apraiz. Si la semana pasada el de Leitza sumó hasta 11 tantos en juego, ayer solo acumuló una paradita en el txoko en el 13-9.

Pero este acercamiento en el marcador fue más debido a la irregularidad de la pareja de Aspe, que regaló cuatro tantos consecutivos, a una reacción en el juego de los azules, ya que Apraiz bastante tenía con defender y Oinatz no lograba entrar en juego de ninguna forma.

De hecho, el único apuro para los de Aspe llegó en el 16-10, cuando un gancho de Laskurain golpeó en la cabeza de Xala. Afortunadamente, todo quedó en un susto, el de Lekuine regresó a la cancha incluso más centrado y ganaron sin problemas.

Miguel Merino pasa el test

En el partido de Logroño, Miguel Merino pasó con nota la reválida de sustituir a su hermano David y, junto a Titín III, se impusieron por 22-12 a Arretxe-Begino, que siguen sin poder estrenarse en este Parejas.

El partido tuvo dos partes muy diferentes. Muy igualado hasta el empate a 8, con Begino jugando uno de sus mejores partidos hasta ahora. Sin embargo, en cuanto Merino I se puso a su altura, la diferencia en la definición entre Titín y Arretxe hizo el resto.