Una realidad que debe hacerse efectiva
La reforma laboral aprobada por el Gobierno del PP sigue centrando la atención de portavoces políticos e institucionales, y también de los agentes sociales. Y la valoración que unos y otros hacen de ella da la medida real de lo acordado por el Gabinete de Mariano Rajoy. Así, las organizaciones empresariales han saludado el duro recorte de salarios y derechos laborales que acompaña al decreto, al igual que Angela Merkel, auténtica líder de una Unión Europea más escorada a la derecha que nunca. En el lado opuesto, los sindicatos encabezan las críticas, compartidas por gran parte del espectro político.
Muchas de esas críticas, sin embargo, no vienen acompañadas de llamamientos a la respuesta ni de propuestas alternativas y, desde luego, esta reforma, la primera medida de calado adoptada por el nuevo Ejecutivo, merece una réplica contundente. La merece por las consecuencias que va a tener en la vida laboral de la mayoría de la población, todas ellas negativas, y porque si Rajoy no recibe una contestación de la misma entidad que su propuesta se va a sentir con fuerza para acometer nuevas actuaciones contra la clase trabajadora. En este sentido, la actitud que han mostrado CCOO y UGT, la misma que mantuvieron con el anterior Gobierno, augura una posición pasiva, tibia, por su parte.
En Euskal Herria la respuesta no vendrá de su mano, sino de la mayoría social que en los últimos años ha salido a las calles para denunciar las medidas que, a modo de reformas o de recortes, se han adoptado con la excusa de la crisis. Una mayoría que, en este caso, parece que es también política e institucional, a la vista de las declaraciones realizadas y de pronunciamientos como el que ayer se produjo en el Parlamento navarro, donde una vez más la sintonía de la coalición de gobierno quedó en evidencia. No en vano, la realidad política y social en este país es muy distinta a la del Estado español, donde se da un liderazgo absoluto del PP. Lo que hace falta de forma urgente son herramientas que posibiliten que esa realidad no sea solo testimonial, sino efectiva, y que a partir de ella se pueda construir un modelo social y económico diferente.