Las potencias occidentales han aplaudido, con matices, la propuesta, oficialmente de la Liga Árabe aunque realmente patrocinada por Arabia Saudí y Qatar, de enviar, bajo el paraguas de la ONU, una fuerza militar a Siria.

La iniciativa ante el Consejo de Seguridad ha sido avalada por la UE, Italia y Alemania, que instó a «tratarla cuanto antes». Gran Bretaña comparte esa premura, pero matiza que «pisar suelo sirio con botas occidentales no es una buena idea».

El Estado francés va más allá y advierte de que «toda intervención de carácter militar extranjera no hará más que agravar la situación, más mientras no haya una decisión el Consejo de Seguridad, la única instancia que puede autorizarla».

Por lo que toca a las potencias emergentes, Sudáfrica se muestra abierta a esta iniciativa «siempre que la lidere la Liga Árabe». China reafirmó su apoyo a la mediación árabe y de la ONU, pero rechazó pronunciarse sobre la propuesta concreta. Rusia aseguró que estudiará la iniciativa que, recordó, debería ir precedida de un alto el fuego bilateral en Siria y del placet del régimen de Damasco.

Este último rechazó el plan, «flagrante injerencia en los asuntos internos sirios y violación, por lo tanto, de la carta fundacional de la Liga Árabe», y reiteró que seguirá «asumiendo sus reponsabilidades en el restablecimiento de la seguridad».

El opositor Consejo Nacional Siria interpretó estas propuestas como «el primer paso» hacia la caída del régimen.

La oposición denunció nuevos bombardeos contra zonas bajo control de los rebeldes armados en Homs e informó de 11 muertos en todo el país (3 de ellos soldados). El Creciente Rojo informó que está distribuyendo medicinas y comida en Homs.

A falta de que la propuesta de cascos azules se concrete, no se termina de entender qué «fuerza de interposición» podría liderar la misma Liga Árabe que ha anunciado oficialmente su apoyo a una de las partes, la de los rebeldes, también armados.

La propuesta se solapa asimismo con una propuesta de resolución de condena patrocinada por Riad en la Asamblea General de la ONU y a los preparativos de una cumbre del «grupo de amigos de Siria» el día 24.

Sobre la composición de la «fuerza de interposición», el secretario general de la OTAN llega el jueves a Turquía, otra de las potencias clave en la zona.