Fíjense en la fotografía y digan, pues, qué les parece. ¿No están bien guapos, sonrientes y relucientes, Pablo Prigioni y Sergi Vidal? Cualquiera diría que están de boda, aunque no, en realidad, en esa imagen lucen sus galas para el sorteo de Copa, y lucen una sonrisa de complicidad al darse la «casualidad» de que se van a cruzar en cuartos de final, en un derbi vasco -y cooperativo- «de manual».

Barcelona se viste de fiesta para la cita copera, que inundará la capital catalana del mejor baloncesto desde el jueves 16 al domingo 19. Siete partidos, un torneo infantil como la Minicopa que atraerá no pocas miradas curiosas, una «Zona Basket» de 3.000 metros cuadrados donde los aficionados -y los no tan aficionados- al «fútbol de canastos» podrán lucir sus habilida des, o contemplar las habilidades ajenas... la Copa viste de fiesta el baloncesto, y es hora de lucir esas bonitas galas.

«El torneo más difícil de Europa»

Ya que la hipérbole al periodismo deportivo se supone como el valor en el soldado, dejemos que las analogías festivas y lúdicas las hagan quienes han vivido en primera persona la preciosidad de este torneo, iniciado por el lejano 1984, y que tuvo en la «pantera negra» Kevin Magee y su mítico CAI Zaragoza, su primer fulgor.

«Es la magia del baloncesto, con ocho aficiones en un pabellón con la voluntad de participar en una fiesta, sin el peligro de enfrentamiento entre ellos», apunta el base francés Antoine Rigaudeau. Un viejo conocido, Elmer Bennett, le da la razón en cuanto a lo heterogéneo de la grada, uno de los secretos del encanto copero. «Es un torneo apasionante, no solo para los jugadores. Los aficionados disfrutan muchísimo y el ambiente que se crea, con seguidores de ocho equipos diferentes, es realmente excepcional». El maestro Bozidar Maljkovic sentenciaba diciendo que «la Copa es un evento que supera el All Star Weekend de la NBA».

Por su parte, el aventajado pupilo de Maljkovic, Dusko Ivanovic, pone el acento en la «dificultad» de hacerse con un torneo -que, paradójicamente, él ya ha conquistado en cuatro ocasiones, tres con el Baskonia y una vez con el Barcelona-, hasta el punto de calificarlo como «el más difícil de Europa».

«Es la cita ideal para demostrar la calidad y el carácter de los jugadores. Es un torneo que se gana con tres partidos pero seguramente es el más difícil de Europa, porque son tres choques muy difíciles y eso sólo lo puede hacer un equipo que esté muy bien mentalmente y con mucha fe en sus posibilidades».

La «maldición» del anfitrión

Tras haberse impuesto en las dos últimas ediciones, el Barcelona es el favorito para llevarse esta edición de Copa. Que sea líder en solitario de la Liga ACB y que en su último partido se haya impuesto 52-79 hace suponer que sus rivales deben empezar a temblar. Si lo lograra, además, sería la primera vez que un equipo enlaza tres entorchados coperos de forma seguida.

Pero el conjunto azulgrana es el anfitrión, y hace diez años que el organizador no gana el torneo del KO. El último anfitrión ganador fue el Baskonia del doblete -temporada 2001/02, precisamente ante el Barcelona-. De hecho, en toda la década, solo dos equipos organizadores han logrado jugar la final. Así, el Real Madrid caía ante el Barcelona la final el año pasado y el Baskonia perdía en Zurbano en 2008 ante el Joventut.

Los partidos dictarán sentencia, pero antes de echar el balón al aire, cualquiera puede ser el rey de esta fiesta.