Mikel INSAUSTI

Life & Film” es la obra del alumno dedicada al maestro, por lo que está hecha de gratitud, cariño, reconocimiento y sobretodo mucha admiración. El documentalista Arkaitz Basterra interactúa con Vojtech Jasny, que se abraza al árbol de la vida para introducir unas memorias que arrancan en su Moravia natal. A las primeras de cambio se pone de manifiesto que para el octogenario cineasta checo el discurso vital y su oficio creativo son lo mismo, así que su larga existencia se puede contar a través de las películas que ha realizado y las que todavía sueña con hacera algún día. El documental abarca cuatro grandes etapas o ciclos, que el discípulo de Zornotza define como laberínticos. Todo gira en torno al pequeño apartamento neoyorquino en el que Jasny residía cuando la película se rodó hace cinco o seis años, y desde el que se inicia un viaje por la historia del siglo XX y la vieja Europa, abarcando desde los recuerdos más distantes a los más próximos.

El encuentro con su amigo Milos Forman resulta clave, toda vez que se trata de un compatriota que, al contrario de Vojtech Jasny sí supo y quiso adaptarse a la industria de Hollywood. Pero el joven Forman comenzó a rodar en su país de origen gracias a Jasny, que fue pionero en la prestigiosa escuela FAMU, en Praga. Por eso en 1.984 Forman le devuelve el favor consiguiéndole una plaza de profesor de cine en la Universidad de Columbia, ya que su amigo tenía problemas para continuar dirigiendo en Alemania, a pesar del éxito internacional alcanzado con la adaptación de Heinrich Böll “Opiniones de un payaso”, premiada en el Donostia Zinemaldia de 1.976 con la Concha de Plata al Mejor Director. Jasny lo estaba pasando muy mal en el exilio, al que sobrevivió con la ayuda de su mujer Kveta y su hijo Peter. Antes ya había salido vivo de la ocupación nazi y del periodo prosoviético, en el que sus triunfos sesenteros en Cannes con “La gata Cassandra” y “Todos mis buenos compatriotas” no sirvieron para evitar la persecución política.