El presidente del PP en la CAV, Antonio Basagoiti, trató de fijar ayer su hoja de ruta en relación al nuevo tiempo abierto en Euskal Herria. Tras su encuentro con el presidente español, Mariano Rajoy, lanzó una propuesta a PSE y PNV para que estos le ofrezcan un cheque en blanco en forma de pacto por escrito. A pesar de que el discurso de ayer evidencia la escasez de puntos en común a la hora de realizar un diagnóstico, Basagoiti defendió la necesidad de un acuerdo a tres para dejar fuera a la izquierda abertzale, sobre la que mostró su preocupación por el «protagonismo» adquirido.

Al contrario de lo que se podía esperar, el tono del dirigente del PP en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa no fue conciliador cuando tocaba tender la mano. Interrogado sobre la soledad del PP al defender la actual política penitenciaria y acerca de las demandas de socialistas vascos y jelkides para dar pasos en materia de presos, Basagoiti descalificó a los líderes de ambas formaciones con la frase: «No me gusta estar todo el día hablando de los presos; no soy ni López ni Urkullu».

Estaba previsto que el dirigente unionista diese pistas sobre futuros pasos del Gobierno español tras la decisión de ETA. Sin embargo, su discurso estuvo dirigido hacia su propio público, evidenciando más miedos y carencias que un plan establecido. La primera preocupación que expresó el líder del PP en la CAV fue el creciente peso político adquirido por la izquierda abertzale en el nuevo escenario. «Deben ser las formaciones con trayectoria democrática quienes lo lideren», consideró Antonio Basagoiti, que instó a «no dejar a Batasuna o a otros que sean quienes entreguen carnés de buenos y malos».

Pocos consensos reales

El líder del PP puso énfasis en subrayar las coincidencias con PSOE y PNV, que le habían antecedido en las reuniones con Rajoy. Sin embargo, al margen de considerar «una buena noticia» el anuncio de ETA de cesar en su actividad armada, llamar a su disolución y compartir que esta decisión «no puede tener premio político», Basagoiti no pudo ofrecer más consensos. Ni en cuestión de política carcelaria ni en futuros debates sobre el estatus político, ya planteados por el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, o por su homólogo en el PSE, Jesús Eguiguren.

«Tanto el lehendakari como el PNV dicen que no asocian el fin de ETA con cambio político. Al fin de ETA llegamos gracias a la democracia y a la consolidación del Estado de Derecho. Lo otro, el PP no lo va a compartir», dijo Basagoiti, que añadió que «el PNV puede querer mañana un plan Ibarretxe y el PSOE, una reforma del Estatuto. Pero eso no es lo que nos une. Lo que nos une es la desaparición de ETA y que no obtengan ningún regalo». De este modo, y a pesar de que el presidente del PP en la CAV insistió en su disposición de «llegar a acuerdos, complicidades y avanzar con el liderazgo de las formaciones democráticas», lo que sus palabras evidenciaron fue la escasez de lecturas comunes y recetas compartidas.

«Batasuna no puede marcar la agenda», declaró Basagoiti, instantes antes de lanzar su propuesta de acuerdo por escrito a PSOE y PNV. Por el momento, el líder del PP prefiere reunirse uno a uno para perfilar las «complicidades» que diesen lugar a un texto con el que excluir a la izquierda abertzale. «Mi camino a partir de ahora será concertar reuniones con ellos cómo podemos aumentar acuerdos», señaló. Sobre los futuros encuentros, Basagoiti dejó claro que no se sentará en la mesa con la izquierda abertzale, cosa que sí ha hecho con EA y Aralar. «Para que exista una relación normal entre el PP y Batasuna, deben condenar a ETA y exigir su fin», zanjó, llegando incluso a poner como condición que «renuncie a su pasado».

Contra la exclusión

Al mismo tiempo que Basagoiti se reunía con Rajoy en Madrid, la propuesta de una alianza entre partidos también sobrevolaba Euskal Herria. Y lo hizo para reflejar la falta de acuerdos concretos y, sobre todo, las diferentes posiciones a la hora de entender la inclusión.

Lakua, a través de su portavoz, Idoia Mendia, se sumó a las tesis de Basagoiti descartando la participación de la izquierda abertzale en futuros consensos.

Una posición que, sin embargo, fue censurada por el PNV. Andoni Ortuzar, presidente jelkide en Bizkaia, consideró -en una entrevista en Radio Euskadi celebrada antes de que Basagoiti compareciese- que los acuerdos en temas de normalización política «no son un txoko con derecho de admisión». Aunque sí que mostró la disposición del PNV a llegar a acuerdos con PSE y PP, Ortuzar aseguró que estos llegarán siempre y cuando no busquen «excluir».

Desde EA, Ikerne Badiola también censuró el intento del PP de recuperar la iniciativa política a costa de la marginación de la izquierda abertzale. Badiola vaticinó el «fracaso» de toda iniciativa que busque dejar fuera al «referente» del independentismo vasco e instó a PNV y PSE a rechazar este tipo de iniciativas que buscan «obtener ventaja política».

La cuestión de los presos constituye el primer desencuentro evidente entre PP, PSE y PNV. Y entra dentro de lo que Basagoiti considera la «agenda» impuesta por la izquierda abertzale. Tanto Iñigo Urkullu como Patxi López, que visitaron a Rajoy en la Moncloa antes que Basagoiti, instaron al jefe del Ejecutivo español a dar pasos en materia penitenciaria. El dirigente del PP en la CAV, sin embargo, se mostró incómodo. «No voy a estar todo el día hablando de presos, no soy Patxi López ni Iñigo Urkullu», insistió, enrocándose en el discurso de que «no va a haber ninguna cosa rara ni vamos a hablar de la agenda que marca Batasuna».

«El acercamiento no es una prioridad del PP», aseguró Basagoiti, que eludió comentar las palabras del fiscal general de la CAV, Juan Calparsoro, considerando que una resolución del Tribunal Constitucional español sobre la legalización de Sortu o la denominada «doctrina Parot» podría ayudar en el nuevo tiempo. El líder unionista, que invitó a Mariano Rajoy a visitar Euskal Herria en el próximo mes de mayo coincidiendo con el Congreso del PP en la CAV, fijó en la «reinserción individualizada» el camino para los presos vascos.