La Fiscalía ha concluido que el incendio que acabó con la vida de 360 personas en la cárcel de Comayagua -ayer murió otro preso- fue causado accidentalmente por los propios reos y no intencionado. En las investigaciones se barajaron como hipótesis la posibilidad de que un cortocircuito hubiese generado las llamas o de que hubiese sido provocado por presos del pabellón seis para permitir una fuga masiva. También se habló de una posible reyerta entre bandas rivales.

Finalmente, los expertos locales y extranjeros que han investigado la tragedia «han concluido que el origen del incendio fue provocado por un accidente, que no se roció gasolina» ni hubo «una explosión o un cortocircuito» informó a Reuters la jefe de fiscales del Ministerio Público, Danelia Ferrera.

«Lo que se sospecha es que alguien estaba fumando o tenía encendida una vela y dio inicio al incendio», indicó Ferrera.

La mayoría de los presos fallecieron calcinados o por asfixia. Sin embargo, familiares y los propios presos han denunciado que los policías dispararon contra los reclusos en medio de confusión generada por el incendio. Menos de 30 cuerpos han sido entregados hasta la fecha a los familiares, quienes ayer irrumpieron en la morgue para exigir que les entreguen los cadáveres de sus parientes.

Familiares entran en la morgue

Según el diario «El Heraldo», los familiares de las víctimas se abalanzaron contra el cordón de seguridad formado por policías y militares para impedir la entrada a la morgue, algo que no pudo evitar. Una vez dentro, intentaron abrir las bolsas que albergan los cadáveres para localizar a sus parientes y llevárselos, aunque las fuerzas de seguridad se lo impidieron. Tras su fracaso, exigieron entre llantos a las autoridades que agilicen la identificación de los cadáveres. El Gobierno de Porfirio Lobo ha reconocido que no cumplió con los convenios internacionales que exigen garantizar los derechos fundamentales de los presos y ha adelantado que intentarán lograr una «solución amistosa» con los parientes de los presos, adelantándose a una posible demanda judicial.

Las autoridades han admitido que Comayagua vivía una situación grave de hacinamiento. Según datos oficiales, en el recinto había 851 presos, pese a que fue construido para albergar a poco más de 400 reclusos.