Cristóbal Balenciaga Museoa mantiene los postulados con los que nació el pasado junio, buscando convertirse en un centro internacional con vocación didáctica, divulgativa e investigadora en torno a la figura del modisto-creador de Getaria. Hasta el momento ha logrado doblar las previsiones de visitas -casi 80.000 hasta febrero-. Y ahora, tal como indicó el alcalde del municipio, Nikanor Lertxundi, afrontan un difícil pero motivante reto: atraer al menos a otras 80.000 personas. Para ello saben que necesitan dinamismo, nuevas propuestas; pero además, las piezas expuestas son de enorme fragilidad y necesitan descansar. Es por ello por lo que el museo cambia de vestido.

Según explicó su director, Javier González de Durana, cuentan con un fondo de más de 1.290 piezas creadas por Cristóbal Balenciaga que, bajo la tutela de la Fundación, han sido recibidas mediante cesiones, donaciones, depósitos institucionales o privados. Entre todo ese extenso material, una primera selección de 90 piezas se ha convertido en estos primeros nueve meses en la carta de presentación. El 2 de mayo procederán a la retirada de esta colección propia mostrada hasta ahora y ese proceso de reposición se extenderá hasta el 18 del mismo mes.

Ese día verá la luz una nueva exposición de la colección con 70 piezas nuevas que exploran la obra del modisto desde sus inicios hasta sus últimas creaciones. Una sala estará dedicada a la primera etapa del creador hasta 1938, otras cuatro salas mostrarán otras tantas tipologías de vestido (día, noche, cocktail y novias) y una sala final dará a conocer las características esenciales del creador.

Aparte de este cambio de la colección permanente, presentaron otras novedades, como las exposiciones temporales que tendrán lugar en uno de los primeros enclaves en los que un jovencísimo Balenciaga empezó a adentrarse en el mundo de la moda, el Palacio Aldamar.

La elegancia del dibujo

La primera muestra temporal, que se titula «La elegancia del dibujo, crónica de París», se inaugurará el 16 de este mes. Son 300 dibujos a tinta china, acuarelas y guaches de moda realizados por el vanguardista Carlos Sáenz de Tejada (Tánger, 1897-Madrid, 1958) a pie de pasarela en el París de la década de los 30. «A falta de fotógrafos en color, la prensa española envió a Tejada a las pasarelas. La exposición es interesante porque probablemente coincidió con Balenciaga, pero aunque no fuera así, documenta el momento cero de la carrera del modisto, todo lo que fue París hasta su llegada», apuntó González de Durana.

«ManiQUEEN, desde 1922», la segunda exposición temporal que se abrirá el día 30 del mismo mes estará ubicada en el vestíbulo del edificio moderno del museo, y como coincidirá con el proceso de renovación de la colección permanente y no se podrán ver sus piezas, los visitantes despistados que se acerquen al centro podrán conocer la historia de la compañía La Rosa de Milán, especializada en la fabricación de maniquies.

En un viaje a lo largo de 90 años, se podrá conocer la evolución de estos iconos de estilo que van desde la hiper-personalización de los años 20 y 30 hasta la neutralidad y «desaparición» del maniquí-soporte en la actualidad. Al mismo tiempo, se repasarán las distintas maneras en que ha sido pensado el cuerpo humano y cómo han influido en ellas el cubismo, el surrealismo o el minimalismo.