La oposición siria llamó ayer a manifestarse para reclamar que el Ejército Libre Sirio (ESL) pueda recibir armas del extranjero después de que su bastión de Baba Amr, barrio de la ciudad de Homs, asediado y bombardeado desde el 4 de febrero, cayera en manos de las tropas gubernamentales. Justamente, el Consejo Nacional Sirio (CNS), principal instancia de la oposición, acaba de crear una oficina militar para organizar el abastecimiento en armas. Sus dirigentes anunciaron que se han puesto en contacto con hombres de negocios sirios y árabes para que financien las operaciones rebeldes. También plantearon la posibilidad de recibir armas desde el extranjero.

El jueves, el Parlamento de Kuwait se posicionó a favor de armar a la oposición siria. Por su parte, el primer ministro qatarí, Hamad Bin Jassim Bin Jabr al Thani, desmintió que haya apoyado militarmente a la oposicion siria y retó a Damasco a presentar «pruebas» que respalden su denuncia. Dejó claro que el despliegue de fuerzas militares requeriría del visto bueno de la Liga Árabe, la ONU o del Consejo de Cooperación de Golfo. Desde la Liga Árabe, su secretario general, Nabil Elaraby, se desmarcó de cualquier posible envío de armas.

Por su parte, el convoy de siete camiones del Comité internacional de la Cruz Roja (CICR) y del Creciente Rojo Siria (CRAS) con alimentos, medicinas, mantas y leche para bebés no pudo entrar ayer a Baba Amr, según denunció el presidente CICR, Jakob Kellenberger, que afirmó contar un permiso previo de Damasco para entregar ayuda y evacuar a heridos.

«Es inaceptable que personas que han estado necesitando asistencia de emergencia desde hace semanas todavía no hayan recibido ninguna ayuda. Vamos a quedarnos en Homs con la esperanza de entrar en Baba Amr en un futuro muy cercano. Muchas familias han huido de este barrio y les ayudaremos tan pronto como podamos», resaltó.

Ayer, al menos 75 personas murieron en distintos puntos de Siria por ataques de las fuerzas leales al Gobierno de Bashar al-Assad, según la oposición.