El enviado de la ONU y de la Liga Arabe para Siria, Kofi Annan, finalizó ayer su misión sin lograr un acuerdo, aunque se mostró «optimista». Tras reunirse por segunda vez con el presidente Bashar al-Assad, Annan abandonó Damasco con la esperanza de que se van a dar avances para resolver la crisis.

«Va a ser duro y difícil, pero debemos tener esperanza», comentó a los periodistas Annan, quien aseguró que es optimista «por varias razones».

En una breve comparecencia, explicó que presentó a Al-Assad propuestas concretas para poner fin a la violencia y lanzar un diálogo «que tendrán un impacto real sobre el terreno». Estas iniciativas «ayudarán a poner en marcha el proceso para salir de la crisis», manifestó.

Subrayó también la necesidad de que cese la violencia, se permita el acceso de las organizaciones humanitarias a las zonas afectadas y se lance un diálogo entre las partes.

Anteriormente, una fuente de la ONU en Damasco, que pidió anonimato, afirmó que Annan «mantuvo una conversación muy franca y positiva con Al-Assad y se siente muy optimista de que va a lograr un avance».

Durante su estancia en Siria, el mediador internacional se entrevistó con los líderes de las principales comunidades religiosas, entre ellos el Gran Mufti y el patriarca de la Iglesia Greco-Ortodoxa, y con los principales dirigentes de la oposición interna, Hasan Abdelazim y Abdelaziz al Jayer, así como con el histórico opositor Luay Husein.

Abdelazim reiteró que los opositores no se sentarán a dialogar con el régimen si no se da «un ambiente adecuado para resolver la crisis. Cualquier negociación para una etapa de transición requiere primero de un alto el fuego, el cese de la violencia y la liberación de los detenidos», remarcó el presidente del Consejo de Coordinación Nacional. En su opinión, la situación en Siria se adentra en «peligrosas etapas que amenazan la unidad del país».

Mientras Annan se reunía con el mandatario sirio, los Comités de Coordinación Local denunciaron que el Ejército volvió a bombardear Idleb y la cercana localidad de Yisr al Shugur, en la frontera con Turquía. En la población de Rastan (provincia de Homs), los militares destruyeron un puente usado por los civiles para huir de la ciudad, mientras que en los alrededores de Damasco hubo enfrentamientos entre las tropas del régimen y el Ejercito Libre Sirio.