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Zang Jiancheng, de la cárcel al comité municipal en unos meses

Acusado de ser uno de los cabecillas de la revuelta de su pueblo, Wukan, en el sur de China, Zhang Jiancheng fue encarcelado. Unos meses más tarde, ha sido elegido por sus colegas en el comité de la localidad rebelde.

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Marianne BARRIAUX | AFP

Mientras meditaba sobre su destino en diciembre en su celda de la prisión donde otro líder de las protestas ha muerto, al parecer a manos de la Policía, Zhang JIancheng no tenía ni idea entonces de que el pueblo de Wukan había puesto en marcha una revuelta que sería coronada con éxito contra la expropiación de tierras, después de haber expulsado a los corruptos cuadros comunistas.

El joven, de 26 años, no sabía tampoco que esta lucha sería ampliamente difundida en todo el mundo gracias a un uso intensivo por parte de su hermano de su nuevo iPad.

En un sorprendente revés de la fortuna, Zhang fue elegido el pasado fin de semana como miembro del nuevo comité -que consta de siete componentes- de la aldea de pescadores de la provincia de Guangdong.

«Hemos obtenido la victoria, pero ha sido gracias a la muerte de Xue Jinbo y eso es triste», afirmó a France Presse Zhang, con perilla y corte de pelo a la moda, sentado con sus amigos después de las elecciones.

Con el aval de las autoridades, este pueblo costero de la provincia de Guandong, al sur de China, pudo organizar unas elecciones abiertas para elegir a los siete miembros de su comité municipal. La votación fue vista como una resonante victoria para el pueblo de Wukan, de 13.000 habitantes, cuya ira contra la confiscación de tierras, la corrupción de los cuadros dirigentes y la falta de futuro para los jóvenes es ampliamente compartida en la China rural. También mostró hasta qué punto los jóvenes chinos se conectan a Internet, incluso en zonas rurales remotas como Wukan, donde muy pocos de ellos han estudiado.

A la edad de 16 años, Zhang abandonó la escuela y se fue a la metrópoli de Shenzhen, donde hace trabajos ocasionales para ayudar a mantener a su familia. Allí conoció a su futura esposa, con quien tiene una hija, ahora de cinco años.

Hasta entonces, su madre fue la única en ganar dinero para la familia, atendiendo a las necesidades de su marido enfermo y sus cinco hijos en una choza construida en una callejuela de Wukan.

Zhang se decepcionó rápidamente en Shenzhen. «Cuando trabajas fuera de casa, se te considera un extranjero y la gente del pueblo cree que tienes que pagarle», afirma.

Pero cuando regresó a la aldea, las perspectivas de encontrar trabajo se deterioraron aún más, muchas tierras habían sido requisadas y vendidas por los funcionarios corruptos y la pesca era mucho menos rentable. La ira fue en aumento y los habitantes comenzaron en 2009 a presentar sus quejas a las autoridades locales, antes de organizar manifestaciones en setiembre, en las que Zhang tomó la iniciativa, lo que hizo que fuera enviado a prisión junto a otros cuatro dirigentes de Wukan.

Barricadas durante diez días

Cuando Xue Jinbo murió a manos de la Policía en diciembre, los pobladores no se desanimaron. Se levantaron barricadas en las carreteras que conducen a Wukan, en un pulso que se prolongó durante diez días con las fuerzas de seguridad que habían establecido un bloqueo. Cuando Zhang fue finalmente puesto en libertad dos semanas después, las autoridades habían rectificado y anunciaron concesiones inesperadas.

El pueblo pudo organizar libremente a un nuevo comité municipal. El éxito de Wukan fue facilitado en gran medida por Internet y los jóvenes se mostraban muy activos en los microblogs para dar a conocer su lucha, como el hermano de Zhang, Jianxing. En noviembre, el joven, de 21 años, había pedido dinero prestado para comprar un iPad, una cámara y un trípode. No se separa de ellos y teclea Wukan, deslizando el dedo sobre la tableta, mostrando a unos y otros los videos y fotos publicados en Internet.

Los líderes de más edad, como Lin Zulian, elegido líder del comité de la aldea, han confiado en los jóvenes para difundir las noticias de Wukan en la red. Sentado en la mesa con sus amigos con los que discute la elección de fin de semana, Zhang Jiancheng se relaja un poco. «Antes me gustaba divertirme, yo era optimista acerca de muchas cosas, pero estos sucesos han cambiado mi manera de ver las cosas», dice sonriendo.

Una experiencia electoral difícil de trasladar

La votación municipal inédita que se desarrolló en la localidad china de Wukan es una excepción con pocas posibilidades de tener continuidad en el país. Los habitantes votaron a sus representantes una semanas después de haberse rebelado contra los dirigentes corruptos. Un internauta indica que «no solo queremos ampliar la experiencia de Wukan, al resto de Guangdong, sino al conjunto del país». Pero Xiong Wei, un opositor de Beijing que visitó Wukan cree que será difícil repetir el éxito de las protestas, la unidad de los vecinos y su capacidad de defenderse. Wang Yang, dirigente del Partido Comunista de Guangdong, descarta que la experiencia sea el punto de partida de reformas en China. «No hay nada aquí que haya creado un precedente», afirma, recordando que en otras localidades también se llevan a cabo elecciones, siempre bajo control del partido. Graeme Smith, de la Universidad de Tecnología de Sidney, cree que «el poder real reside en los niveles superiores, en el gobierno del distrito. Si quieres hablar de verdadera democracia es en ese nivel en el que hay que intervenir». M.B, (AFP)

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