Lagun Aro GBC se lleva el derbi del Donostia 2016 Arena ante Caja Laboral Baskonia
La diferencia entre pasivo y decidido
LAGUN ARO GBC 81
BASKONIA 73
Arnaitz GORRITI
Defender o atacar bien no es cuestión de disposición o de talento. La actitud, mejor dicho, el convencimiento, es esencial a la hora de obtener uno u otro resultado. «En el partido de Gasteiz de diciembre, nuestro balance era de 2-7, y nuestra actitud ante la adversidad no era la mejor», recordaba en su previa semanal Sito Alonso. Pues bien, tres meses y 14 partidos después, Lagun Aro GBC daba un verdadero clínic de actitud, de disposición, ante un Caja Laboral Baskonia que mostró un nivel mediocre y no fue digno competidor del derbi del Donostia 2016 Arena.
Ahora mismo, Gipuzkoa Basket es uno de los mejores equipos de la Liga ACB Endesa. En los últimos 14 partidos ha sumado 12 victorias, llegando a los 14 triunfos, récord absoluto -pero que parece que no durará mucho- de Gipuzkoa Basket desde que disputa la Liga ACB. Con este triunfo, los de Sito Alonso se asientan en la cuarta posición, y se ponen a solo dos victorias del tercero, Caja Laboral Baskonia. Los play offs parecen un objetivo asequible para los donostiarras, aunque mucho tendrán que pelear por ello. Sin embargo, su escalada, fruto del trabajo y del convencimiento, es digno de una salva de aplausos.
Poca defensa del Baskonia
Como bien anunciaba Dusko Ivanovic «jugando en transición es un equipo que juega fácil, sobre todo si dejas que circule el balón». No le faltaba ni un ápice de razón al de Bijelo Polje, pero es que los donostiarras pudieron jugar con toda la facilidad del mundo no ya en transición -además, los bases guipuzcoanos no jugaron, ni de lejos, su mejor partido, sobre todo en ataque, aunque en defensa pararon bien a Prigioni; ni siquiera Vidal-, sino en ataque estático. Más aún, después de que, con parte de razón, se haya señalado que el juego interior de Gipuzkoa Basket es su punto débil -por mucho que esté aportando Andy Panko-, fue precisamente el frontcourt donostiarra lo que más trajo de cabeza al Baskonia en la mañana de ayer.
Teletovic, por mucho que lograra un «doble doble» con 20 puntos y 11 rebotes, fue muy inferior a Panko, ya que el de Harrisburg hizo lo que quiso, tanto de cara como sobre todo al poste bajo. El problema de Ivanovic fue que Teletovic al menos aportaba en anotación, ya que ayer ni Milko Bjelica -providencial en la eliminatoria de Copa que enfrentó a estos dos equipos- ni Maciej Lampe -que anotó sus cuatro puntos en los primeros minutos del primer cuarto, y nunca más se supo de él-, dieron su nivel. Por contra, jugadores como Peter Lorant o Andy Betts hicieron mucho daño bajo el aro, especialmente el inglés. Viendo que la movilidad es una de las señas de identidad de los interiores baskonistas y que Betts tarda muchísimo en revolverse y acabar las jugadas que se le proponen, habla muy a las claras de la comodidad con la que se pudo manejar. Tres cuartos de lo mismo para Lorant. El ala-pívot magiar pudo disfrutar ante un rival pasivo, que dio muchas facilidades al ataque estático local.
Jugadores zapadores
Hay que reconocerle mucho valor a Sito Alonso. Nadie pretende desmerecer a Lander Lasa, pero una cosa es que el joven jugador guipuzcoano forme parte de la rotación de Gipuzkoa Basket, y otra bien distinta que se encuentre en el quinteto inicial.
Su labor fue la de zapa, y aunque apenas dispuso de 8 minutos y acabó sin anotar y con valoración negativa, ofreció lo que Sito Alonso necesitaba de él: dar descanso a un Sergi Vidal que jugó solo 18 minutos, aparte de ejercer una buena labor de zapa en la retaguardia.
«La labor de Lander Lasa en esos 8 primeros minutos ha sido vital para el funcionamiento del partido», declararía posteriormente Sito Alonso. «Ha quitado esos minutos -de carga- y ha dado una calidad grande. Ya dije en su día que Lander Lasa es uno más del equipo y que, si sigue trabajando así, él tendrá minutos. Afortunadamente, trabaja y nos ha ayudado», declararía el técnico de Monzón.
Pero no solo fue Lasa. Un Papamakarios en clara línea ascendente fue un recambio ideal, ya que el heleno, aparte de maniatar a Prigioni -Heurtel tuvo buenos minutos, pero no es el de Río Tercero, y hasta Ribas debió ejercer de base-, aportó 9 puntos, siendo una bienvenida amenaza secundaria por la parte local, junto con Panko y un Baron que, sin llegar a la maravilla de partido que disputó en la Copa, sí dio buenos minutos.
Esa labor de zapa y de control del ritmo hizo que Gipuzkoa Basket se fuera 27-15 al final del primer cuarto y hasta el 50-36 al descanso. Mientras que los locales movían bien el balón y penetraban por el centro, los gasteiztarras se la tenían que jugar a segundas opciones, con San Emeterio, Teletovic y un intermitente Nemanja Bjelica como martillos percutores.
Sin embargo, entre que sus porcentajes de tiro no eran los mejores -7 de 22 en triples y 18 de 37 en tiros de dos, pese a los 13 rebotes de ataque- y un exceso de pérdidas de balón -16 contra 9-, la renta guipuzcoana no tenía mayores problemas en vivir por encima de la decena.
La sentencia y el relax
En el último período, el Baskonia amagó con volver a meterse en el choque, después de acercarse hasta el 71-60. Durante varios minutos, ambos equipos compartieron errores, y fue el único instante en que zozobró el juego donostiarra.
Pero entonces emergió un secundario de lujo como Sergi Vidal. Primero anotó un tiro libre y luego un triple. En la siguiente jugada, un atolondrado Ribas se dejaba el balón, y lo aprovechaba Raulzinho Neto para lograr una canasta fácil y sentenciar el derbi al subir el 77-60.
A partir de ahí, los donostiarras se relajaron y el Baskonia pudo arrimarse un poquito, bajando incluso de la barrera de los diez tantos. Muy tarde.
Una vez conseguida la cuarta posición clasificatoria, Lagun Aro GBC la reforzó tras el partidazo de ayer. Panko fue el líder, y jugadores como Papamakarios o Baron dieron un paso adelante cuando su equipo lo requirió. Mención especial para Betts y Lorant.
En el duelo de aficiones, aparte de jugársela a cánticos y colorido en un Donostia 2016 Arena que albergó a 8.110 espectadores, hubo una divertida sokatira en el descanso. A diferencia del choque de baloncesto, en esta lid se impusieron los baskonistas.
Mientras que Dusko Ivanovic se mostraba parco en palabras y decepcionado, Sito Alonso ofrecía la otra cara de la moneda. En una alocución trabajosa por un principio de afonía, el técnico de Monzón destacaba la «complicidad» entre sus jugadores y la hinchada. «En un partido donde he hablado poco, he acabado ronco -apuntaba-. Eso es por el ambiente que había. Por eso, dedicamos este triunfo a la afición, por el ánimo que nos ha dado. El equipo, no hablo de ganar o perder, no puede fallarles».
Ivanovic se mostraba disgustado, tanto por el mal día de los suyos en el lanzamiento, así como por la defensa, ya que Lagun Aro GBC pudo circular el balón con cierta comodidad. Por contra, el preparador de Gipuzkoa Basket recalcaba la «solidaridad del equipo. Sientes que no molestas. Los jugadores tienen ganas de ayudarse, ves que hablan entre ellos, y tienen ganas de trabajar. Es lo mejor que puede pasarle a un equipo, ganes o pierdas. Somos humildes en muchas cosas, pero no en trabajo ni en ambición», remacharía.
En el capítulo de destacados, Alonso, aparte de la mención sobre Lander Lasa al que integró por completo en la plantilla, quiso destacar la gran labor de Peter Lorant. «La progresión de Peter es infinita», señaló. «Pero sobre todo por el trabajo que hace en la cancha». A. G.