Bien está lo que bien acaba, y Banic -26 puntos, 5 rebotes y 29 de valoración- lo hacía de la mejor manera: con una canasta fácil tras saque de fondo, demostrando que las jugadas de pizarra también salen. Un partido para enmarcar del jugador de Zadar, en el contexto de una victoria que hacía cortar la racha de tres derrotas de Gescrap Bizkaia Bilbao Basket, que va en décima plaza, a una sola victoria del octavo y a dos del cuarto.

Un partido loco y de muchos vaivenes, donde los hombres de negro debieron lidiar con la baja de Mavroeidis por un golpe en el pie, y con un Jackson mermado por otro golpe en la cadera. No es de extrañar que Fotis Katsikaris calificara el triunfo de ayer como «el más meritorio de la temporada», y más ante un Fuenlabrada mucho más cercano que el 92-81 final.

Fue un partido raro, con un arbitraje extraño y donde jugadores como Hervelle -17 puntos y 7 rebotes-, Vasileiadis o Raül López dieron un paso adelante, amén del trabajo de apoyo de Mumbrú. Mientras, Fuenlabrada se la jugó al triple, con un Mainoldi genial -25 puntos y 10 rebotes- y aunque sufrió en la primera mitad con el juego interior bilbaino -por mucho que jugara sin un pívot claro, excepto cuando saltó Samb- supo devolver cada arreón local.

Tras llegar 46-40 al descanso, Bilbao Basket pudo romper el duelo al situarse 53-42. Pero el Fuenlabrada reaccionó hasta adelantarse 59-60 gracias a Mainoldi y Penney, a cargar el rebote, y a cerrar el suministro a los interiores locales gracias a cerrar su defensa -zonas 2-3 y 3-2 ante las que los bilbainos chocaron por su 6 de 24 en el triple-. Y eso que jugadores como Hall o Colom estuvieron muy mal.

En el último cuarto, Miribilla vivió momentos de zozobra cuando el Fuenlabrada empató a 70. Justo entonces, Vasilediadis -taponazo a Penney y antideportiva de Sánchez- lideró un parcial de 10-0, contestado por un 0-7 rival. Con 80-77, Hervelle arregló un mal ataque con un triple desde la esquina, y Raül López emergía para apuntillar con un robo -canasta fácil de Vasileiadis- y una canasta de dos, para devolver el 7-0.

Solo restaba intentar recuperar el average -Bilbao Basket caía de 9 en el Fernando Martín-, y entre Hervelle y Banic lo lograron. Costó, pero bien está lo que bien acaba.