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Tras quitarle la vivienda para su hijo, Kutxa quiere ahora su pensión

El vecino de Donostia jubilado Iñaki González está inmerso en un pleito con la Kutxa. La entidad bancaria ya se ha quedado en propiedad con el bajo que estaba rehabilitando para uno de sus hijos y cuya hipoteca no pudo afrontar. Ahora, le exige otros 35.000 euros. Del juzgado le ha llegado una notificación para que declare todos sus bienes y sus cuentas corrientes. Teme que ahora vayan a por su vivienda y a por los 417 euros que cobra de pensión.

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Iñaki TELLERIA | DONOSTIA

Iñaki González vive asustado. Tras perder el bajo que estaba rehabilitando como apartamento para su hijo por no poder hacer frente a la hipoteca, pensó que la pesadilla terminaría cuando la Kutxa se quedó con la vivienda. Pero, nada más lejos, la entidad bancaria le reclama además otros 12.000 euros de la hipoteca y 23.000 más en concepto de intereses y de costas judiciales. El último capítulo ha sido la notificación por parte del juzgado de que debe entregar una declaración de sus bienes y cuentas corrientes.

Cuando estaba a punto de derrumbarse acudió al colectivo Stop Desahucios -«me han acogido como a uno más, son como una familia», dice emocionado- y ahora le acompañan y le asesoran en su caso. Para empezar, el abogado del colectivo ha presentado recurso a esta última notificación.

«La circular del juzgado es un apercibimiento de embargo de todo, con lo que me pueden embargar hasta los 417 euros que cobro de pensión de la Seguridad Social», explica González, que añade con ironía que «el año pasado cobraba 413 euros, pero ahora, con la puesta de largo de Rajoy y con su generosidad, a los jubilados nos ha subido un 1%, que a mí me supone cuatro euros más. Es para celebrar a lo grande la victoria de Rajoy».

González relata cómo hace cuatro años solicitó a la Kutxa un crédito de 80.000 euros «para rehabilitar un bajo como vivienda para uno de mis hijos, con intención de alquilarla hasta que él fuera a vivir allí. Pensé que con eso y con los 24.000 euros que tenía ahorrados sería suficiente para montar el apartamento. Pero luego resultó que necesitaba otros 20.000 para terminar de rematarlo».

Venta o alquiler garantizados

El vecino de Donostia cuenta que, cuando fue a pedir la ampliación del crédito, le dijeron que no «y eso que les garantizé que nada más terminar la obra ya tenía una persona dispuesta a vivir en ella y que con su alquiler se podía pagar la hipoteca», puntualiza González.

«Les comenté incluso que el alquiler fuera directamente a una cuenta de Kutxa que ellos indicaran -continúa en el relato de los hechos- . Además, la chica que quería la vivienda estaba dispuesta a comprarla por 100.000 euros, pero con la obra terminada. Me respondieron que no a las dos opciones». Preguntado entonces por cómo fue el trato personal en la Kutxa responde enojado que «Iñigo, el director de la Kutxa de Egia, cuando le hize la propuesta me dijo que no y que él, en esa oficina, hacía lo que quería».

De allí fue a la central de Kutxa con una deuda que había subido ya a los 900 euros «porque la hipoteca había ido subiendo y yo casi no llegaba». Cuenta González que allí le dijeron que «primero me pusiera al día con esta pequeña deuda y luego resolverían el problema. Le pedí prestado a mi cuñado, pero una vez liquidada la deuda me empezaron a decir que no se podía hacer nada y a partir de ahí llegó el pleito. En Kutxa me mintieron, me puse al día con ellos y luego no me hicieron caso».

«Luego, el agujero se fue haciendo cada vez más grande y sus amenazas pasaron a mayores», concluye con resignación Iñaki González.

hipoteca

La subida de los intereses hizo que los pagos de su hipoteca se elevaran a 600 euros, lo que le resultaba imposible de afrontar con una pensión que en ese momento no llegaba a los 400 euros.

manifestacion

El sábado se celebrará una manifestación en Errenteria en solidaridad con Mari Carmen, una vecina del barrio de Beraun, que va a perder la vivienda al no poder hacer frente a la hipoteca con la Kutxa.

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