Una muestra de Gorriti decora la remodelación de la Euskal Etxea de Madrid
Alberto PRADILLA | MADRID
«Las lágrimas de Gernika están en esta obra, pero no solo el sufrimiento y la tristeza». Así se expresaba ayer el escultor Juan Gorriti durante la inauguración de la remodelada Euskal Etxea de Madrid, que cuenta con una exposición permanente de la obra del artista navarro. «Si echas una buena semilla, el pueblo vive», sentenció Gorriti, que apeló a los recuerdos y las raíces como forma de expresar su trabajo.
El artista estuvo ayer presente durante la presentación del nuevo restaurante de la Euskal Etxea de Madrid, que abrirá sus puertas oficialmente hoy. La ubicación del local, casi a las puertas del Congreso español, no pasó desapercibida para el escultor de Araitz, que hizo mención a la «unión» de los vascos.
El local estará a cargo de Sagardi, grupo de restauración internacional vasca, que busca «extender el conocimiento de la gastronomía tradicional» de Euskal Herria. La Euskal Etxea abrió sus puertas por primera vez en 1979 con el objetivo de «proporcionar un lugar de encuentro a los vascos residentes en Madrid y a los madrileños afines a Euskal Herria», según explicó su presidente Julio Elejalde.
La presentación del local congregó a una importante representación vasca. Entre ellos estaban Juan Karlos Izagirre, alcalde de Donostia, Emilio Olabarria, diputado del PNV, Aizpea Goenaga, directora de Etxepare o Andrés Urrutia, de Euskaltzaindia.