Ipar Kutxa celebró ayer su asamblea general en el Palacio Euskalduna de Bilbo, a cuatro días de hacerse público que ha iniciado conversaciones formales con Caja Laboral para su integración en un proyecto cooperativo común que se asentará como segunda entidad financiera vasca y segunda cooperativa de crédito en el Estado español.

Carlos Osés afirmó que el proceso va «viento en popa» y que su pretensión es «acelerarlo todo lo posible», de forma que, antes del verano, puedan contar con la mayoría de aprobaciones que necesitan. De esta forma, para el último trimestre del año, estaría en marcha el nuevo proyecto cooperativo.

El director general de la cooperativa de crédito vasca apostó «sin fisuras» por la integración con Caja Laboral, una operación que, según dijo, busca «preservar y enfatizar» el modelo cooperativo.

«La integración -dijo- pretende potenciar un proyecto de entidad financiera de economía social basándose en un modelo alternativo» al resultante del actual proceso de bancarización del sistema financiero español. En este sentido, añadió que buscan «otra forma de hacer banca, basándose en criterios de banca responsable y comprometida socialmente».

Por ello, Osés se mostró convencido de que la cooperativa de crédito resultante «será un agente activo para la recuperación económica del país» al tiempo que destacó «los excelentes parámetros» de las dos entidades en cuanto a solvencia, liquidez y morosidad.

Respecto a la plantilla, el director general de Ipar Kutxa aseguró que se «garantizan» los puestos de trabajo ya que «las personas son la base de nuestro modelo, que se va a preservar», y aseguró que los actuales socios verán equiparados sus derechos y obligaciones con los de Caja Laboral, «tanto desde el punto de vista económico, como social y representativo».

De esta forma, reiteró que en el proyecto «no sobra nadie y hay que sumar a todos», rechazando que se vayan a producir recortes de plantilla.

Oficinas de mayor tamaño

El director general abogó además por un proyecto cooperativo común que «partiendo de la notable trayectoria de ambas entidades en los parámetros de gestión, posibilite la complementariedad y ampliación de los ámbitos de actuación entre el sector industrial y el agroalimentario, que seguirá contando con la misma especial sensibilidad». Se desarrollará así «un nuevo modelo de negocio basado en oficinas de mayor tamaño y especialización» con el objetivo de «alcanzar una cuota de tamaño significativo» en Euskal Herria.

«Estamos ilusionados con lo que acabamos de empezar a construir» porque la operación reúne, tal y como resumió, «todos los ingredientes que estábamos buscando: mejora de retos, reforzar nuestro modelo y beneficios para todos los componentes de Ipar Kutxa».

Esta entidad financiera cuenta con 3.967 millones de euros en activos, 87 oficinas, 175.000 clientes y 397 empleados, y concentra su presencia en los territorios de Bizkaia y Araba, si bien en los últimos años había iniciado su expansión en varias localidades de Gipuzkoa.

Ipar Kutxa es una de las entidades que ha anunciado su adhesión al Código de Buenas Prácticas para la reestructuración de deudas y otras medidas de protección de deudores hipotecarios, «en consonancia con nuestra política de priorizar las refinanciaciones viables de deudas con garantía hipotecaria sobre viviendas habituales».