Txisko Fernández Periodista
Transparencia y estrategia política
La, a mi juicio, excesiva presencia mediática de los dirigentes de los partidos políticos que desarrollan su actividad en nuestro país puede llevar al error de considerar que sus estrategias internas se desarrollan bajo una insólita transparencia. Nada más lejos de la realidad.
Es cierto que los partidos utilizan los medios de comunicación -tanto la prensa tradicional como las nuevas redes sociales- para impulsar sus líneas estratégicas, pero eso no quiere decir que los mensajes que llegan a la opinión pública sirvan siempre para descifrar los objetivos políticos que pretende alcanzar cada formación.
Un claro ejemplo de lo anterior es la posición mantenida en los últimos meses por el PNV ante las próximas elecciones autonómicas en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Tanto el líder del partido, Iñigo Urkullu, como el resto de burukides y su máximo representante institucional en estos momentos -José Luis Bilbao, el diputado general de Bizkaia- han usado sin cesar el mantra de que el Gobierno de Patxi López está agotado. Y han pedido, de forma muy clara ante la opinión pública, que los comicios previstos para dentro de un año se convoquen anticipadamente.
Al mismo tiempo, cada vez que se pregunta a un dirigente jeltzale sobre cuándo despejará su partido la incógnita de quién será su candidato o candidata a lehendakari, contesta con evasivas y subrayando que «no hay prisas». Andoni Ortuzar, el reelegido presidente del Bizkai Buru Batzar, ha dicho esta misma semana que el proceso interno de elección del candidato se prolongará «durante unos dos meses».
Entonces, ¿qué debemos entender cuando los jeltzales reclaman tan insistentemente a Patxi López que ponga fin a la legislatura cuanto antes? Propongo tres respuestas: que les gusta improvisar un candidato a lehendakari; que ya lo tienen decidido pero no quieren mostrar su carta mágica hasta el último momento; que tienen muy claro que el PSE y el PP harán todo lo posible para agotar la legislatura y, por eso, no tienen ninguna prisa.
Si descartamos la primera opción, la estrategia del PNV se aparta muy mucho de la transparencia: o sus dirigentes están ocultando la identidad de su futuro candidato o realmente no quieren elecciones anticipadas.