El Aviron logró una importante victoria ante el Brive, rival directo en la lucha por la permanencia, y pese a que tendrá que seguir luchando hasta el final, ayer dio un paso muy importante hacia la salvación y, además, demostró que su mejoría es real, por lo que los aficionados abandonaron el estadio Jean Dauguer con mucho optimismo.

El partido no fue bueno, pero es muy complicado cuando los dos equipos se juegan tanto. Los visitantes se plantaron mejor sobre el terreno de juego, ante un Aviron muy nervioso. Los labortanos tuvieron que hacer una gran labor tanto en defensa como en ataque.

Poco a poco los locales fueron entrando en el partido, para hacerse dueños del juego, pero los visitantes hacían bien su trabajo y todos los puntos estaban llegando en los lanzamientos a palos.

La presión de los vascos era cada vez mayor y, a falta de cinco minutos para el final, Mazars logró el único ensayo de la noche y Boyet lo transformó. Siete puntos de diferencia y tan solo cinco minutos para el final. El Brive se fue adelante con la intención de igualar la contienda, pero los labortanos aguantaron bien las embestidas de los visitantes para sumar cuatro puntos que valen muchísimo.