«Vacaciones en paz» traerá a Donostia desde el Sahara a treinta niños este verano
Mejorar su salud y hacer que disfruten de los meses estivales es el objetivo de este programa municipal. Este año llegarán a Donostia 30 menores saharauis de entre 7 y 12 años. Aún hacen falta familias de acogida.
Oihane LARRETXEA | DONOSTIA
En casa de la donostiarra Maider Salaberria no hay niños, pero ello no resultó un impedimento para que se animara a acoger durante dos meses, en julio y agosto, a un niño saharaui en su hogar de la capital guipuzcoana, desmitificando que tener hijos ayuda en la integración del menor en su estancia temporal. Para ello, contactó con el ayuntamiento, impulsor del proyecto «Vacaciones en paz». Precisamente, ayer se presentó la última edición de esta iniciativa que ha cumplido ya un cuarto de siglo.
Junto al concejal de Bienestar Social, Jon Albizu, desgranaron el programa la propia Salaberria y Urko Barbarin, otro padre que se confesó «adicto» a participar en el proyecto.
Este verano, un total de 30 niños y niñas saharauis, de los casi 400 que acudirán este verano a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, pasarán dos meses en la capital costera. Por ahora, según adelantó Albizu, ya hay veinte familias inscritas, todas ellas, además, repiten experiencia. Otros tres hogares por su parte, han mostrado interés por participar. Por lo tanto, quedan alrededor de siete familias para garantizar que los 30 menores, de entre 7 y 12 años, puedan disfrutar de su estancia en Donostia.
Las familias hacen piña
Tanto Salaberria como Barbarin resaltaron la cantidad de cosas que se aprenden gracias a «Vacaciones en Paz», añadiendo que el aprendizaje es mutuo.
En cuanto a la integración, Salaberria opinó que no tienen ningún problema para relacionarse con otros niños en el parque -«un lugar que les encanta»-, o en la playa, «donde alucinan cogiendo olas». En este punto, dijo que para satisfacerles no hay que hacer planes complicados que supongan un gasto importante. «Que la crisis no sea una excusa -dijo Barbarin-. Al final se trata de poner un plato más en la mesa».
Para las familias que pudieran animarse, Salaberria admitió que «al principio puede dar miedo» pero agregó que todos hacen piña y el contacto es continuo. Además, personal del programa está a disposición para prestar cualquier tipo de ayuda.
Durante la estancia mejoran su alimentación y, por lo tanto, su salud. Además, Osakidetza les hace chequeos, y se les realizan operaciones si es necesario. Las familias interesadas en participar deben llamar al 943 481 960.