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Raimundo Fitero

Legitimidad

Cuando alguien tiene mayoría absoluta, lleva tres meses y poco gobernando y se esconde de la prensa escapándose por la puerta de atrás del Senado y cuando se digna dirigirse a la canallesca debe recurrir a la legitimidad, es que está acabado, que está desbordado, que no sabe por qué después de hacer todo lo que le piden sus dueños y gobernantas, de mostrarse sumiso y asquerosamente dilecto para llevar a la ruina a millones de conciudadanos, nadie le cree, nadie le quiere, y todo se convierte en algo oscuro, sin futuro.

Cuando estas cosas suceden, y es lo que le está sucediendo a este espantajo político llamado Mariano Rajoy, en su alrededor aprietan para llevarle hacia la extrema más derecha. Legislación más dura y represiva para los derechos civiles y para despistar se ha abierto el melón de la deslegitimación de esa entelequia llamada Estado de las Autonomías, y en ese canal de referencia para tantos demócratas de toda la vida, Intereconomía, están por la labor. Esperanza Agirre, su patrocinadora principal, lanzó la primera piedra públicamente como para darle en el techo al mismísimo Rajoy, y ellos están ya en la cabeza de la manifestación con un Carlos Dávila desmadrado, que invoca, con el descarado falangista de pistolón que le caracteriza, hasta a la acorazada Brunete, la de verdad, la de tanques y cañones y no la mediática, si alguien se desvía de las consignas que van a proclamarse, porque todo está encaminado a volver a esa Una, Grande y Franquista.

Julia Otero, periodista radiofónica y televisiva, ha firmado un contrato con TVE para un programa de entrevista que debe aparecer en breve. Se ha armado un gran revuelo entre la caverna porque consideran que no es lo suficientemente de derechas para cobrar del ente público estatal, especialmente porque muchos están en la cola para pasar la factura de su colaboración a este caos actual. Y lo peor de todo, es que ella misma confiesa que pidió «consenso y unanimidad en el consejo de administración para firmar el contrato». No hay decoro alguno. Ese consejo está formado de acuerdo con las mayorías parlamentarias más algunas representaciones sindicales. Huele muy mal.

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