Miles de egipcios reiteran su rechazo a que la junta militar siga en el poder
A una semana de que comience la campaña electoral para las presidenciales en Egipto, decenas de miles de manifestantes volvieron a mostrar en la plaza Tharir su rechazo al poder militar y a exigir la exclusión de los candidatos que fueron altos cargos de la era Mubarak.
GARA | EL CAIRO
Decenas de miles de miembros de los Hermanos Musulmanes, de la Coalición de la Juventud Revolucionaria y del Movimiento 6 de Abril, así como salafistas, se dieron cita en la plaza Tahrir, escenario de la revuelta que derrocó al ex presidente Hosni Mubarak, coreando lemas como «Abajo el régimen militar» y «El pueblo quiere la ejecución del mariscal». Varios miles más salieron a las calles de Alejandría y de otras ciudades tras las oraciones de los viernes.
Por un lado, más de una treintena de partidos y movimientoslos grupos liberales convocaron una movilización bajo el lema «No a la Constitución escrita bajo el control militar».
El Parlamento -controlado por los islamistas- había decidido suspender los derechos políticos de los antiguos altos cargos del derrocado presidente. Pero la Junta Militar ha derivado estas medidas al Tribunal Constitucional, y aún debe dar su visto bueno antes de que entre en vigor.
Los tribunales ya habían excluido diez candidaturas, entre ellas las del ex vicepresidente con Mubarak, Omar Suleiman, pero sigue en pie la del exprimer ministro Ahmed Shafiq.
A la vez, los tribunales dejaron fuera al candidato de los Hermanos Musulmanes, Jairat al-Shater, y al de los salafistas, Hazem Abu Isamil. De esta forma, los grupos islamistas participaron en la protesta de ayer -con una abrumadora mayoría- para denunciar la exclusión de sus candidaturas, y optaron por el lema de «Viernes de la autodeterminación».
Al Shater fue apartado por la condena que recibió en tiempos de Mubarak y que lo inhabilitaba para ejercer sus derechos políticos, mientras que sobre Abu Ismail influyó la supuesta nacionalidad estadounidense de su madre y contraria a la ley para quienes quieran competir en las elecciones. El Ejército asegura que traspasará el poder a los civiles el 30 de junio, una vez elegido el presidente e insiste en que las elecciones tendrán lugar en la fecha prevista, frente al temor de que intenten seguir manteniendo el control del país.
Por su parte, las fuerzas revolucionarias se oponen a la supervisión de las elecciones por parte de los militares e insisten en la eliminación de los juicios militares a civiles. Tampoco están conformes con la intención del jefe de la Junta Militar, Husein Tantaui, de que se establezca la nueva Constitución antes del traspaso de poder al nuevo presidente.