El txupinazo de Sanduzelai enciende el ciclo festivo de los barrios de Iruñea
Los barrios de Iruñea comenzaron ayer su ciclo festivo con el txupinazo de Sanduzelai, donde se criticó al Ayuntamiento de la capital navarra por sus trabas a los festejos populares.Martxelo DÍAZ | IRUÑEA
Ya está aquí. El ciclo festivo de los barrios de Iruñea ha comenzado. El txupinazo de las fiestas de Sanduzelai fue ayer el inicio de un largo periplo.
Hay cosas que no cambian de año en año: las ganas de pasarlo bien y el esfuerzo de cientos de personas para organizar unas fiestas participativas, paritarias y euskaldunes. Y tampoco cambia la actitud del Ayuntamiento de Iruñea, intentando obstaculizar todo ese caudal popular para tratar de domesticarlo.
Por ello, antes del txupinazo, dos portavoces de la comisión organizadora de las fiestas de Sanduzelai recordaron cuál ha sido la aportación del Ayuntamiento: normas, multas y tasas.
Así, recordaron que el año pasado tuvieron que abonar 400 euros por utilizar el equipo de sonido del Civivox, 1.800 euros en multas por «exceso de ruido» -sí, en fiestas- y 800 euros más en concepto de tasas para instalar una carpa en el recinto festivo. El Ayuntamiento «contribuyó» con un 20% de subvención y dos actuaciones de convenio.
Por ello, al igual que en los demás barrios de Iruñea, en Sanduzelai las fiestas pueden salir adelante gracias a la aportación de los comerciantes del barrio y al esfuerzo de decenas de vecinos, a quienes la comisión de fiestas agradeció su entrega. «¡Si no vais a ayudar, dejadnos en paz!», fue la petición que dirigieron al Ayuntamiento los portavoces de la comisión de fiestas de Sanduzelai.
En cualquier caso, ayer y todo el fin de semana -hasta el auzolan de recogida del domingo a las 22.00- en Sanduzelai la fiesta es la protagonista.
Antes de encender el txupinazo, el ambiente festivo ya dominaba en el barrio. Jóvenes txistularis y dantzaris amenizaban la espera. Los más pesimistas destacaban que amenazaba lluvia, pero al final el cielo aguantó. Y si no, no pasa nada, que para eso se ha instalado una amplia carpa.
De repente, se oyó el sonido de las gaitas y txistus que acompañaban a los gigantes y a los mayordomos. La comparsa de gigantes era la encargada de bailar un vals. Ya faltaba menos. Posteriormente, un grupo de jóvenes del barrio bailó el aurresku en honor de los mayordomos, que tienen que responder danzando a su vez delante de los vecinos. Los alumnos de la ikastola, por su parte, ofrecieron sus bertsos.
Tras el discurso de la comisión de fiestas, se disparó el txupinazo. El programa continúa hoy con múltiples actividades: salida de la comparsa de gigantes (11.00), concurso de calderetes (12.00), música de los 70 y 80 en la carpa (19.00), bailes de txistu y gaita (20.00) y concierto de Legez Kanpo, Insomnio Kroniko y De Kuajo (22.30). Y mañana más.