Alizia Iribarren Andueza (*) | Ezker abertzalea de Nafarroa
Unidad por el cambio en Nafarroa
Se acerca el Primero de Mayo y la situación de recortes y reformas que están desmantelando el estado del bienestar debería posibilitar el acuerdo en los planteamientos y la unidad en la movilización. Las miles de personas exigiendo soluciones justas que se movilizaron el 29M deben hacernos reflexionar a sindicatos, movi- mientos sociales y partidos sobre el papel que cada uno debe jugar tanto en el cambio político y social como en el proceso, reflexionar sobre el modelo de país que queremos y sobre los mínimos para un acuerdo que configure la alternativa del cambio político y social en Nafarroa.
La convocatoria de una huelga no es una decisión fácil de tomar. Se convoca cuando la situación ha llegado a un punto en el que la imposición quita el lugar a la negociación. Implica un trabajo de información, debate y toma de decisiones difícil, siempre bajo la amenaza de la patronal y con un coste económico importante.
En el caso de la huelga general del 29 de marzo, se daban factores que obligaban sin género de dudas a convocarla. El mayor, la Reforma Laboral, su gestación y desarrollo (imposición del PP), que ha dejado tocado uno de los pilares del Estado, el pacto social con CCOO y UGT. ¿Significa esto que la necesaria remodelación del Estado que admitió Rajoy en el Congreso, aparte de la territorialidad, plantea otros cambios?
A la Reforma tendríamos que añadir las 52.000 personas en paro, las medidas impuestas por el PP y aplicadas en Nafarroa por UPN-PSN que han traído más miseria, los recortes en educación y sanidad, el negro futuro de la gente joven, la bajada de los salarios y los derechos laborales, el tremendo control social y acoso policial que tenemos que soportar diariamente o la facilidad para poder despedir sin control.
Si a todo esto añadimos el hartazgo por una clase política corrupta, que se reparte los consejos de administración para cobrar dietas y comisiones, dilapida el dinero público en obras faraónicas como el TAV, el circuito de Los Arcos o malvende la CAN por 150 millones cuando su valor contable antes de entrar en Banca Cívica era de 1.300, el vaso de rabia contenida se desborda.
Las condiciones para la convocatoria las habían provocado el PP en Madrid y UPN-PSN en Nafarroa. Faltaba darle forma a la protesta, y si la agresión estaba siendo fuerte, la respuesta tenía que ser de la misma magnitud. La huelga general lo fue, y una unidad desconocida en las últimas décadas y siempre demandada por la clase trabajadora, el mejor altavoz para que fuera un éxito.
La mayor huelga conocida en los últimos treinta años. La sociedad lo entendió a la perfección.
La huelga en Nafarroa empezó el 22M, cuando miles de jóvenes salieron a la calle a protestar contra los recortes y contra quienes ennegrecen su futuro. Fue un día de movilización, rabia, dignidad y compromiso y, sobre todo, un día para trasladar a la clase política española que la represión nunca logrará doblegarles.
Su masiva presencia el 29M así lo atestigua. Fueron miles las y los jóvenes que desde primera hora de la mañana participaron en piquetes informativos y en las manifestaciones convocadas. Lo que certifica que, a pesar de ver muy negro su futuro, tienen su esperanza en el cambio político y social, lo ven factible y están dispuestos a luchar por él. Nos han demostrado que el mejor futuro son ellas y ellos y que vienen para cambiar las cosas de rumbo.
Multitudinarias las movilizaciones convocadas a la mañana por ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS Y EHNE con el apoyo de CGT, y a la tarde por el movimiento social. Imprescindible la labor realizada por la mañana en los pueblos y barrios por el movimiento popular. Un éxito sin precedentes que fortalece el espacio por el cambio político y social en Nafarroa, evidencia la fuerza y potencialidad existentes y debe traer como consecuencia su reconocimiento y respeto a lo que representan.
Otro dato a tener en cuenta es la aportación de CCOO y UGT a la huelga. Miles las personas se movilizaron detrás de la convocatoria de estas dos centrales. Más allá de analizar las diferencias (que las hay) entre las distintas centrales, nos gustaría ser optimistas (porque lo necesitamos) y poder pensar que algo (por fin) se empieza a mover a favor de eso con lo que todos y todas decimos estar de acuerdo y necesitar, el cambio político y social en Nafarroa.
La aportación del conjunto del sindicalismo navarro, así como del movimiento social y popular, es necesaria para quitarnos de encima el yugo de más de treinta años de gobiernos de derechas. Para ello lo primero sería hacer caso a la petición de esas miles de personas que se manifestaron juntas el 29M y acabar con el apartheid sindical.
Por otra parte, el éxito del 29M no se debe medir exclusivamente desde la perspectiva sindical. La presencia de miles de personas en las columnas de la mañana y la manifestación de la tarde determinan la importancia del movimiento social y evidencian su apuesta por el cambio.
Fundamentalmente, sacaríamos tres conclusiones del 29M. La primera es que se ha acabado el tiempo de la exclusión. De la exclusión al sindicalismo abertzale, del olvido a nuestra cultura, de agredir a nuestra lengua, de su aberrante y anacrónica zonificación, de amordazar las radios euskaldunes, de criminalizar o reprimir al independentismo. Somos miles las personas representadas por ese espacio sociopolítico y vamos a ser más. Ha llegado el tiempo de exigir respeto a lo que somos y representamos.
La segunda es que para avanzar en la construcción de un modelo económico y social diferente necesitamos soberanía polí- tica y económica para dotarnos de instrumentos para decidir aquí, haciendo frente a las imposiciones de Madrid.
La tercera es que ha llegado el momento de crear la alternativa a la derecha navarra, desde el reconocimiento, el respeto y la legitimidad de todas las opciones políticas.
Ha llegado el momento de definir los mínimos para avanzar y desbancar a la derecha del Gobierno de Nafarroa, para lo que es imprescindible, el contacto y el contraste, porque el acuerdo, de esta forma, estará más cerca.
(*) Firman también Txelui Moreno, Ainhoa Irigibel y Juan Cruz Aldasoro