El portavoz en Ginebra de Kofi Annan, enviado especial de las Naciones Unidas y la Liga Árabe a Siria, dijo ayer que existen «pequeños signos» de respeto hacia el plan Annan en Siria.

«Hay pequeños signos. Algunas armas pesadas han sido retiradas, aunque otras siguen en las calles. Hay señales de movimiento, aunque lento. También hay señales que no se ven debido a que la mediación llevada a cabo por los observadores en discreta» agregó el portavoz.

«El plan Annan se va encarrilado pero la crisis que comenzó hace más de un año no se puede resolver en un día o una semana» explicó; «en realidad, llevará un poco más de tiempo».

El jefe de observadores de la ONU, el general Robert Mood, se reunió con el comandante de los rebeldes Abu Qouteiba en el barrio de Homs para presentarle, por primera vez desde su llegada a Siria, el plan Annan y la misión de su equipo en el país.

Durante la entrevista, el comandante aseguró al jefe de la ONU que el Ejército del Gobierno de Bashar al-Assad «ataca a menudo de noche, cuando los observadores de la ONU regresan a su hotel. Necesitamos de la comunidad internacional para presionar al régimen».

Según el comandante cada noche la ciudad se mantiene despierta por los disparos.

«El Ejército violó el alto el fugo cuando nosotros lo cumpliamos. Todos los días hay muertos y heridos a causa de sus francotiradores» asegura Qouteiba. Pero la realidad es que tanto la oposición como el Gobierno de al-Assad se acusan mutuamente de reavivar la violencia.

Doce civiles muertos

Al menos doce civiles murieron ayer por disparos en enfrentamientos en varias partes de Siria. El Ejército gubernamental abrió fuego contra los manifestantes que se reunieron como cada viernes para protestar contra el régimen en distintos puntos del país, causando la muerte de al menos uno de los participantes en la protesta.

Otros tres civiles murieron por disparos de las fuerzas del Gobierno en Hama (centro), un foco de protestas. Tres personas más murieron a manos de los francotiradores en la región de Homs (centro), aseguró el Observatorio sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

En Alepo, la segunda ciudad de Siria, situada en el norte, un hombre, una mujer y su hijo murieron por arma de fuego antes del amanecer, según verificó la ONG.

Desde el comienzo de las protestas contra el régimen han muerto más de 11.100 personas según la OSDH.