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CRíTICA: «Safe»

La niña más lista y el tipo más duro del mundo

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Mikel INSAUSTI

Hay argumentos que se repiten tanto en el cine de género que el espectador se los conoce de memoria, pero siguen resultando entretenidos a nada que estén protagonizados por un actor con carisma. Es el caso de Jason Statham, en cuyos thrillers violentos nunca me aburro. Me gusta más verlo en producciones inglesas, aunque tampoco le hago ascos a sus puntuales incursiones en Hollywood, menos aún si quien dirige es Boaz Yakin.

El autor de «Fresh» se las ha arreglado dentro del cine comercial como ha podido, por lo que sabe mucho de supervivencia, así que nadie mejor que él para contar una historia de dos supervivientes en las calles de Nueva York. Tampoco debería sorprender su decisión al ponerse al frente de un producto de acción, pues antes de realizar la mencionada ópera prima ya había escrito guiones del género, como el de «The Punisher» para Dolph Lundgren o el de «El principiante» para Clint Eastwood. Eso fue a finales de los años 80 y, en consecuencia, «Safe» recuerda mucho a las buddy movies de aquella década, sobre todo en la utilización del humor para desdramatizar las situaciones de mayor tensión.

La novedad radica en que Jason Statham forma pareja con una actriz infantil, una niña china de 12 años llamada Catherine Chan. Ese mismo esquema que ha humanizado a otros tantos personajes negativos, al actor inglés le aporta un medio para dignificar a ese ser hundido que le toca interpretar. No es que de repente se convierta en un matón con su corazoncito, sino que su habitual cinismo encuentra una vía de redención. Lo más comentado en los foros es el instante hasta ahora inédito en que llega a soltar su primera lagrimita en la pantalla, un gesto que, lejos de ablandarle, refuerza la dinámica del luchador que encuentra una nueva justificación para seguir repartiendo golpes a diestro y siniestro. No en vano, ambos forman un equipo perfecto, en la medida en que la inteligencia de ella compensa la brutalidad de él. De lo contrario, no podría seguir diciendo esa frases tan directas, sustitutivas de los diálogos entre personas.

 

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