La Cámara de Diputados de Argentina asistió el jueves -madrugada del viernes en Euskal Herria- a una votación histórica. 208 diputados votaron a favor del proyecto de ley impulsado por el Ejecutivo de Cristina Fernández que declara de «interés nacional» la recuperación del autoabastecimiento energético y expropia el 51% de YPF a Repsol. Solo 32 diputados votaron en contra y 5 se abstuvieron.

El kichnerismo celebró dentro y fuera del Congreso la abrumadora victoria tras doce horas de debate y discursos.

Organizaciones políticas, sindicales y sociales, entre ellas las Abuelas de la Plaza de Mayo, se concentraron en la plaza Rivadavia frente a tres enormes pantallas en las que se proyectaron imágenes de Fernández y su difunto marido, Néstor Kirchner.

Los manifestantes portaron pancartas, la mayoría con las letras de YPF, corearon consignas a favor del Gobierno y de la nacionalización y bailaron al ritmo de grupos de rock.

La nota de color la pusieron manifestantes disfrazados de surtidores para simbolizar la nacionalización de la compañía.

Entre los múltiples organismos que respaldaron el proyecto de ley, la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto, aplaudió la decisión de Cristina Fernández, que calificó de «histórica».

«Las abuelas acompañamos una gestión, no partidaria, sino histórica. Qué alegría y felicidad que la vida me haya permitido estar acá disfrutando del logro de la recuperación de los bienes de Argentina. Hoy hemos avanzado muchísimo en la democracia de nuestro país», destacó.

De Carlotto afirmó que «Cristina es militante y compañera de los 30.000 desaparecidos porque cumple los sueños que ellos anhelaron. Los desaparecidos están acá festejando, igual que los que han sobrevivido».

Horas antes de producirse la votación, la presidenta pidió a los empresarios que «apoyen este modelo, que no es de un Gobierno ni de una presidenta, sino de todos los argentinos».

«Nuestro país que fue exportador de combustibles durante 17 años, se había transformado en 2011 en importador neto. Nos hubiera gustado que quienes debían invertir y cumplir con el país lo hubieran hecho», remarcó Cristina Fernández en alusión a la multinacional Repsol.

«Estábamos importando más combustible del que estábamos exportando. Sin gasoil no hay centro de distribución que valga, sin fuel no hay generación eléctrica y sin gas tampoco hay producción», incidió.

Fernández subrayó que, a partir de ahora, se enfrentan al «desafío» de construir una YPF «moderna, competitiva y alineada con los intereses del país», porque, insistió, «cuando se desalinean los intereses de las empresas de los del país, cuando se hace más hincapié en la renta financiera, es cuando se caen los países, que es lo que nos pasó a nosotros en 2001». Por ello, defendió el modelo de gestión de su Gobierno y auguró «grandes cambios, con nuevos actores y nuevas políticas».