Un nuevo empujón desde Europa
Al día siguiente de que el Estado español ejecutara su enésimo ataque contra el proceso que busca conducir a este país a un escenario de paz definitiva, en Bruselas era presentado un documento suscrito por casi setenta exeurodiputados en apoyo a la Declaración de Aiete. Representantes políticos de todos los colores y naciones, entre ellos varios exministros, expresan en ese texto su respaldo a la hoja de ruta diseñada en el palacio donostiarra y hacen un llamamiento a las instituciones europeas para que jueguen el papel que les corresponde en la resolución del conflicto.
Se trata de una aportación de peso que, sin duda, es bienvenida en un momento en el que las autoridades españolas buscan obstaculizar cualquier avance en el camino emprendido. Precisamente, en la rueda de prensa celebrada en el Parlamento Europeo para presentar esta iniciativa, en la que participaron Karmelo Landa y Koldo Gorostiaga, fue criticada la sentencia del Tribunal Supremo sobre el «caso Bateragune». Igual que a una inmensa mayoría de la sociedad vasca, a los agentes internacionales que miran a Euskal Herria con interés y ánimo de ayudar les resulta incomprensible la actitud de un Estado incapaz de mostrar la más mínima sensibilidad democrática hacia este pueblo.
La aportación internacional, de la que la Declaración de Aiete es uno de los más importantes exponentes, es uno de los principales elementos que dan cuerpo al proceso. Otro de ellos es la movilización ciudadana, que en los últimos meses ha mostrado su capacidad de incidir incluso en los discursos más cerrados. Hoy se van a celebrar nuevas movilizaciones en contra de la cerrazón estatal, porque es importante que quienes tienen en su mano desbrozar el camino sientan que la sociedad vasca no va a permitir salidas en falso. El Estado quiere hacer un alarde de dureza, pero si Euskal Herria empuja de un lado y la comunidad internacional empuja del otro, todos sus obstáculos pronto caerán.