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El mejor Baloncesto Europeo se reúne en Estambul a debatir si se tiñe de rojo o de verde

El duelo entre Kirilenko y Diamantidis parece ser el decisivo para dirimir si será el CSKA de Moscú o el Panathinaikos el vencedor de la Final Four 2012. En segundo plano, Olympiacos se aferra a Spanoulis, mientras que el Barcelona suspira para que las dudas de Navarro no sean nada.

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Arnaitz GORRITI

Turquía se engalanó para que la Final Four de la Euroliga fuese, asimismo, una fiesta del basket otomano. Y, para su degracia, ni uno solo de sus representantes -sobre todo el Fenerbahçe-Ulker y el Anadolu Efes- llegó siquiera al cruce de cuartos de final. Para más inri, el Sinam Erden Arena de Estambul vivirá desde hoy y hasta el domingo el asedio de la hinchada helena, roja y verde, según si su equipo es el Olympiacos o el Panathinaikos. Sin tanto escándalo, el CSKA de Moscú repasa la solvencia de su chequera para volver a campear en Europa, mientras que el Barcelona, sin llegar a ser un tapado, aspira a no ser solo finalista, si es que se confirman las dudas de Navarro.

Europa es roja o Europa es verde; si acaso, blaugrana. Pero primero hay que mirar la semifinal, la primera, la que se diputa a partir de las 17.00, entre CSKA de Moscú y en Panathinaikos, auténtica y genuina final anticipada, en la que se van a cruzar los dos jugadores más desequilibrantes del panorama continental: Andrei Kirilenko y Dimitris Diamantidis. Kirilenko, al que los rumores ya ubican la próxima temporada en los nuevos Brooklyn Nets de la NBA, buscará confirmar su reinado en el Viejo Continente, elevando a las alturas la propuesta de juego valiente que lleva Jonas Kazlauskas consigo.

Tal y como se vio en el cruce frente a Bilbao Basket, cuando las cosas estaban más torcidas, AK47 puso el modo matador, añadiendo capacidad anotadora a los rebotes, robos, tapones... que logra siempre y a su ascendente sobre un equipazo -Krstic, Khryapa, Shved, Siskauskas-, una pléyade de estrellas al servicio del alero moscovita. Por si fuera poco, siempre puede aparecer el «sinvergüenza» de Teodosic, capaz de esconderse todo el partido y meter el tiro decisivo.

«Estoy muy contento de estar aquí -reconocía Kirilenko en la rueda de prensa de presentación de la Final Four-. La Euroliga es una gran competición y estoy casi seguro de que los cuatro equipos aquí presentes tenemos la calidad de jugar incluso los play offs de la NBA. Por mi parte, estoy ansioso por ganar un título con el CSKA de Moscú. Tengo un título con mi selección, y ahora quiero ganarlo con el club con el que empecé a jugar al máximo nivel», añadiría.

Obradovic y Diamantidis

Pero todos los expertos están convencidos de que, si hay algún equipo capaz de tumbar a «los caballos» moscovitas, ese no es otro que el Panathinaikos. A pesar de caer ante el CSKA en la primera fase de la Euroliga -76-78 en Grecia y 91-75 en Moscú-, los atenienses han ido afinando su puesta a punto y, conociendo a Obradovic -y viendo sobre todo la forma tan fantástica de eliminar hace un año al Barcelona en la eliminatoria previa a la Final Four de la capital catalana-, salir de tapado no solo será una motivación, sino un arma que empleará como nadie.

Todo ello, con Dimitris Diamantidis de jefe, sin olvidar a Batiste, Calathes, Tsartsaris y un rejuvenecido -al menos, en el play off frente al Maccabi- Sarunas Jasikevicius. Y además Diamantidis, apodado 3D, busca venganza de las derrotas de la primera fase.

«Perdimos ante un gran equipo como el CSKA de Moscú en la primera fase, ya que no hicimos nuestro trabajo a la perfección. pero aquello ya es pasado y no vamos a repetir los mismos errores. hemos entrenado duro para mejorar», advertía.

Spanoulis contra Navarro

A las 20.00, Olympiacos y Barcelona se ven las caras. Más que nunca, se prevé un duelo entre Vassilis Spanoulis -MVP de la Final Four de 2009, en las filas del PAO- y Juan Carlos Navarro -MVP de la Final Four de 2010-. El conjunto del Pireo, con una plantilla menos «glamourosa» pero muy trabajadora, ha ido creciendo según avanzaba en la Euroliga, bajo el mandato de un zorro del parqué como Dusan Ivkovic. Acie Law, Kyle Hines, el exbaskonista Dorsey, Sloukas, Keselj o Printezis forman un grupo granítico, sin nada que perder. Gracias a esa solidez tumbaron a todo un Montepaschi Siena.

El Barcelona, por contra, acude como tercera opción. Pero claro, siempre y cuando Navarro esté bien. En los últimos partidos así parecía pero, según el técnico Xavi Pascual, «se le han reproducido las molestias que tenía en la fascia», y no acudía a la presentación para tratar de acelerar su recuperación. Si «La Bomba» está a su nivel, su equipo aspira a ganar la final del domingo a partir de las 20.00. Si no, pese a Lorbek, Huertas, Eidson o Mickeal, Europa corre el peligro de teñirse de rojo. O si no, de verde.

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