La noticia de la detención de Laura Elena Zuñiga, ganadora del concurso de belleza de Sinaloa, saltó a las páginas de los diarios hace cuatro años. Miss Sinaloa aparecía en las fotos junto a otros miembros de un importante cartel de la droga del Norte de México. Su aspecto era el de una víctima de los narcos, y no el de una delincuente convencida. Inspirándose en esa instantánea tan reveladora, el productor Pablo Cruz llamó al director Gerardo Naranjo para desarrollar una historia escrita en colaboración con Mauricio Katz. Se pusieron de acuerdo en que querían dar una visión de la violencia de los narcos mexicanos diferente y alejada de los tópicos, para lo que decidieron utilizar a lo largo de la narración el punto de vista de la protagonista.

Para encarnar a Laura dieron con la actriz principiante Stephanie Sigman, que deslumbró a todos sobre la alfombra roja en el Festival de Cannes. Solamente había sido protagonista en el western azteca de Pablo Aldrete «Río de oro», pero su carisma sale a relucir de lleno en «Miss Bala». Se rumoreó sobre su posible nominación a los Óscar, aunque finalmente la nominación fue para la película, y en los Goya. El argumento explica cómo la fatalidad hizo que durante la participación en un concurso de belleza Laura fuera testigo accidental de una matanza, siendo luego chantajeada por los narcos que la utilizaron como correo, además de explotarla sexualmente. El caso sirve para evidenciar que cualquier sector de la sociedad mexicana llega a verse afectado por la violencia de los narcos, incluso el de las misses.