El conflicto de Inasa, empresa de Irurtzun dedicada a la fabricación de lámina de aluminio y en la que trabajan 177 personas, entró en una fase crítica el pasado mes de abril, tras acogerse la dirección al artículo 41 de la reforma laboral que permite la modificación de las condiciones laborales por motivos económicos. Así, planteó una rebaja de salarios de un 35% y un aumento de la jornada de 50 horas anuales. Como medida de protesta, el comité convocó una serie de movilizaciones como la manifestación que recorrió las calles de la localidad el pasado domingo en Irurtzun y la huelga indefinida cuya primera jornada se desarrolló ayer con el seguimiento de toda la plantilla.

En la asamblea del mediodía, sin embargo, los sindicatos CCOO, Solidari y UGT plantearon desconvocar la huelga a cambio de que la dirección aplace su intención de rebajar las condiciones salariales. Tras la respuesta de la dirección, a primera hora de la noche, la desconvocatoria se hizo oficial. El sindicato LAB, sin embargo, considera necesario que la dirección retire totalmente su propuesta, abone los salarios pendientes y devuelva el material que trasladó el pasado fin de semana a otras plantas, «incluso de la competencia», con el fin de intentar paliar los efectos de la huelga, para lo cual utilizó más de una decena de camiones y contrató a un grupo de operarios vía ETT, algo que ha sido ya denunciado ante el Juzgado de lo Penal y la Inspección de Trabajo porque supone la vulneración del derecho a la huelga.

En una rueda de prensa ofrecida al mediodía frente a las instalaciones de la empresa, el representante de LAB en el comité Fernando Carrión se lamentó de que se encuentran en «una total indefensión ante la administración», a la que acusó de presionar a los trabajadores más que a la empresa, por no haberle exigido la vuelta de todo el material.

Antes de decidirse la desconvocatoria de huelga, Alfonso Torres, de Solidari, aseguraba que la plantilla está dispuesta a «apostar» por la empresa para sacar adelante, aunque para ello exigió un proyecto de futuro, «no para que el dinero se lo lleven cuatro ladrones».

Empresa de capital riesgo

Pese a que la propuesta de rebaja de las condiciones se ha efectuado en abril, LAB denunció ayer que la situación se está deteriorando desde que Baikap, una empresa de capital riesgo, se hiciera con el control de la planta a través de la gerencia de Santiago González. Así, recordó que anteriormente ya se redujeron los salarios un 8% y se despidió a 26 trabajadores, «sin ninguna apuesta clara por el futuro de la empresa».

Por ello, reiteró la necesidad de un plan industrial «que garantice la esperanza de poder vivir y trabajar en Irurtzun de forma digna». Inasa es la segunda empresa de mayor tamaño de toda Sakana, después de Sunsundegui.