Rusia afirmó ayer haber desmantelado una célula islamista en el Cáucaso ruso que preparaba atentados en Sochi antes y durante los Juegos Olímpicos de 2014, y acusó a Georgia de haber ayudado a este grupo liderado por el enemigo número 1 del Kremlin, Doku Umarov. «Los rebeldes preveían llevar armamentos entre 2012 y 2014 a Sochi y utilizarlos para cometer actos terroristas durante la preparación y durante los Juegos Olímpicos», aseguró el Comité Antiterrorista ruso (NAK).

Este organismo indicó que la célula fue desmantelada el 4 y 5 de mayo en la región de Abjasia, en Georgia, cuya independencia fue reconocida por Moscú después de la breve guerra ruso-georgiana de agosto de 2008. Este es un territorio fronterizo con la región rusa donde se encuentra Sochi.

Acusa a Georgia

El NAK acusó a Georgia de complicidad con el jefe del «Emirato del Cáucaso», el checheno Doku Umarov, el origen de estos ataques planeados, de acuerdo con Moscú.

Umarov se atribuyó la responsabilidad de numerosos ataques mortales perpetrados en los últimos años en Rusia y dirige el «Emirato del Cáucaso», movimiento islamista clandestino, nacido de las dos guerras de independencia de Chechenia.

«Umarov, quien tiene estrechos vínculos con los servicios especiales georgianos, coordinó la entrega de materiales para actos terroristas», dijo el NAK, que explicó que la detención en febrero de 2012 en Abjasia de un hombre que llevaba 300 detonadores estableció la complicidad de Tbilisi. «Los servicios especiales georgianos están directamente relacionados con el envío a Rusia» de detonadores, asegura el NAK.

El ministro adjunto de Georgia de Relaciones Exteriores, Sergei Kapanadze, respondió, a través de declaraciones a France Press, que «estas acusaciones son absolutamente absurdas y sin fundamento».