El subdirector de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG), José Suasnavar, denunció en un informe presentado ayer que el genocidio que se perpretó en el país desde 1960 a 1996 incluyó a indígenas y, sobre todo, niños que murieron en las montañas por inanición o frío al tratar de escapar de la represión militar. Explicó que gran parte de ese genocidio, que se cobró la vida de 250.000 personas entre muertos y desaparecidos, tuvo lugar en el área de Ixil, en el departamento de Quiché.

Afirmó que, según las investigaciones realizadas, las vícitmas que fallecieron de hambre o frío al tratar de escapar del Ejército podrían oscilar entre 500 y 600, la mayoría niños. «Se fueron creando pequeños cementerios, pero sin el registro de las personas, y los familiares saben que ahí quedaron enterradas. Estaban alejados de la salud, de los alimentos, se fueron muriendo poco a poco y esto también es una de las secciones que se mencionan dentro de las cuestiones de genocidio», explicó. Tres generales retirados, entre ellos el exjefe del Estado José Efraín Ríos Montt, han sido procesados en Guatemala por delitos de genocidio cometidos en la zona de Ixil.

Los otros dos exaltos mandos militares son José Rodríguez y Mario López, a quienes la Fiscalía de Derechos Humanos les atribuyen 1.771 crímenes de guerra y el desplazamiento de cerca de 29.000 personas.