Dos decenas de ciudadanos vascos trasladaron ayer la denuncia contra la denominada «doctrina Parot» hasta la misma sede del Tribunal Constitucional español en Madrid. Ataviados con camisetas azules en las que se podían leer eslóganes contra la cadena perpetua, los manifestantes, convocados por Herrira, denunciaron la aplicación de esta norma de excepción contra diversos presos políticos vascos. En la práctica esto supone el alargamiento de las penas de prisioneros que, por ejemplo, ya han cumplido las tres cuartas partes de la pena. En el fondo, se trata de trasladar al Estado español una reivindicación que ha marcado la agenda política en los últimos meses.

Pocos minutos después del mediodía, un total de 19 personas simularon un encadenamiento ante la sede del Tribunal Supremo. No se registraron más incidentes que los provocados por los agentes que custodiaban la sede judicial. No hay datos sobre posibles multados o sancionados por parte de la Policía española. Durante algunos minu- tos, las puertas de la sede del TC español se convirtieron en una denuncia del alargamiento de las penas de los presos políticos vascos.

Este escenario no fue un lugar escogido al azar. Hace algo más de un mes, sus togados, en sesión plenaria, avalaron el alargamiento de las condenas de una veintena de presos políticos vascos. Aquel 30 de marzo solo fueron admitidos tres recursos, los de José Ignacio Gaztañaga, Juan Mari Igarataundi y José Mari Pérez Txuri, que recobraron la libertad ese mismo día.

Al no estimar los recursos presentados por las defensas, dejaron vía libre a la arbitrariedad a la hora de aplicar estas sentencias. La decisión fue rechazada en una manifestación en Bilbo convocada por el Acuerdo de Gernika y que reunió a unas 27.000 personas, pero ayer además llegó al corazón de Madrid con esta protesta.

Presencia policial en Gros

Quienes sí se vieron sorprendidos por la presencia policial fueron miembros del Herri Bilgunea del barrio donostiarra de Gros. Durante este mes han organizado varias actividades en reivindicación de los derechos de los presos vascos y, ayer, cuando estaban pintando un mural en la zona del instituto Manteo, exactamente en una pared llena de grafitis, una veintena de agentes de la Ertzaintza los identificaron, confiscándoles además una vídeocámara, pinturas y 200 boletos para el sorteo de una pieza artesana realizada por un preso vasco.