Edgar Allan Poe y Abraham Lincoln, dos personajes reales unidos por la ficción
El cine y la literatura siempre han sido tendentes a intercambiar los roles de sus personajes. Por un lado, topamos con personajes de ficción que participan en historias reales y por otro, a personajes reales que se transforman en protagonistas de ficciones. «El enigma del cuervo» (James McTeigue) y «Abraham Lincoln, cazador de vampiros», dirigida por Timur Bekmambetov y basada en una novela de Seth Grahame-Smith, entran de lleno en este segundo apartado.
Koldo LANDALUZE | DONOSTIA
Baltimore, 3 de octubre de 1849. El doctor Snoodgrass irrumpe precipitadamente en una taberna del Ryans 4th Ward Polls. En realidad, se trata de un garito de mala muerte en el que se concentran trotamundos, borrachos y vagabundos que, seducidos por una ridícula suma de dinero, darán su voto a un determinado candidato electoral. Durante los días electorales, resultaba muy habitual este tipo de prácticas escenificadas en locales de mala reputación en los que corría alegremente el alcohol. En uno de estos lugares sin nombre, semioculto entre la penumbra y el humo concentrado, el doctor Snodgrass encontró a su buen amigo, el escritor Edgar Allan Poe.
«Tenía la cara conturbada -dejó anotado el doctor Snodgrass-, hinchada y sin lavar, los cabellos en desorden, y su aspecto general era repulsivo. Sus ojos, tan vivos e inspirados, estaban ahora sin brillo y sombreados por profundas ojeras. Llevaba una chaqueta de un tejido fino y brillante, rasgado por varios sitios y sucia».
Poco después, Poe reposaba en el Washington Hospital y allí, durante varios días, su vida se consumió sin remisión, sufriendo una constante pesadilla provocada por el delirium tremens hasta que, finalmente, falleció el 9 de octubre de 1849.
En el transcurso de estos días, quien fuera considerado como el mejor escritor de norteamérica, hizo alusión entre espasmos y sudores a un tal Reynolds. Nunca se supo quién era el tal Reynolds y jamás se ha sabido lo que ocurrió la noche anterior a su presencia en aquel tugurio de Baltimore. Las únicas referencias con las que contamos vienen avaladas por sus amistades más allegadas, las cuales lo encontraron sumido en un estado de inquietud constante porque se intuía perseguido por algo o alguien.
Estas son las bases reales sobre las que se asienta «El enigma del cuervo», la última película de James McTeigue -autor de esa obra maestra del cine moderno titulada «V de Vendetta»-, cuya trama especula libremente acerca de esos miedos que acompañaron al célebre escritor de terror y misterio durante su última etapa vital.
En clave de thriller gótico, «El enigma del cuervo» gira en torno a un encadenado de asesinatos que han sido escenificados siguiendo al detalle algunas de las obras más renombradas del autor de «El pozo y el péndulo». El policía encargado de investigar estos crímenes no dudará en solicitar los servicios del propio Edgar Allan Poe para que le ayude a atrapar al misterioso asesino y saber el porqué de su macabro modus operandi. Esta excusa argumental permitirá a Poe poner de manifiesto los métodos de deducción que le llevaron a convertirse en el inventor de la novela policíaca.
Fantasmas en un sueño
El versátil y siempre solvente John Cusack es el encargado de meterse en la atormentada piel de Edgar Allan Poe a lo largo de una trama enmarcada en una cuidada puesta en escena que recrea la inquietud nocturna que se intuye en los callejones de un Baltimore que ha sido reconstruido en Hungría, Serbia, Belgrado y Budapest. Para llevar a cabo su papel, John Cusack ha confesado: «Lo cierto es que no dormí mucho. En mi cabeza bullía el imaginario literario de Poe y casi me convierto en un vampiro. Quería hacer una inmersión total en el personaje y solo conseguí captar parte de su esencia. Busqué detalles y actitudes, recrear cosas que dijo o hizo. Creo que esta película puede ser vista como un sueño sobre Poe».
Para completar los roles protagonistas, John McTeigue contó con los servicios de Luke Evans, Brendan Gleeson y Alice Eve. El autor de «V de Vendetta» no ha ocultado los temores iniciales que le asaltaron cuando se enfrentó a la tarea de trasladar a la gran pantalla al autor de «El cuervo» y dentro de una historia que no pertenecía a su obra literaria. «Fue arriesgado y divertido especular con un personaje tan venerado como Poe y transformarlo en una más de sus propias creaciones literarias. He tratado de respetar al máximo su perfil humano y creativo y trasladarlo a un episodio en el que él mismo se convierte en la víctima de sus propios fantasmas».
«El enigma del cuervo» no es la única ocasión en la que Edgar Allan Poe figura como un personaje atrapado en una ficción ajena. Si el filme dirigido por McTeigue puede resultar llamativo por el hecho de que el escritor se transforma en detective de los crímenes que él mismo recreó sobre el papel, qué podemos decir de una propuesta que, también sobre el papel, le supera en irreverencia y originalidad, como es «Abraham Lincoln, cazador de vampiros».
Dirigida por el explosivo cineasta ruso Timur Bekmambetov -quien, tras lograr un gran éxito internacional con «Guardianes de la noche» (2004) y «Guardianes del día» (2006), recaló en Hollywood y volvió a triunfar en las taquillas con el thriller de acción «Wanted (2008)» protagonizado por Angelina Jolie-, esta propuesta que combina fantasía, acción y terror nos presenta a un inusual Abraham Lincoln reconvertido en una especie de implacable Van Helsing.
Basada en la exitosa novela homónima del joven escritor y guionista Seth Grahame-Smith, la trama está desarrollada a la manera de una biografía epistolar escrita por un tal Henry Sturges, cuya intención es la de sacar a la luz pública un capítulo secreto y oscuro del decimosexto presidente de los Estados Unidos.
En las páginas de esta biografía ficticia descubrimos que, a la edad de once años, el joven Abraham Lincoln fue adiestrado por su padre en la cacería de vampiros después de que su madre fuera asesinada por un vampiro. Este episodio crucial le llevará a emprender una cruzada particular contra los chupadores de sangre y descubrirá que los esclavistas no abogan por la esclavitud únicamente por motivos económicos, sino como método rápido y sencillo para proporcionarse alimento. Por ese motivo, Lincoln se convierte en abolicionista tras descubrir que los potentados sureños son vampiros que se alimentan de sus esclavos.
Dedicado plenamente a la política durante el día -por la noche recorre los bajos fondos de Nueva York cazando nosferatus-, Lincoln se encuentra con un viejo conocido, el escritor Edgar Allan Poe, quien le advierte que los vampiros abandonaron Europa tras el ajusticiamiento de la célebre condesa Elizabeth Bathory en 1614. En el año 1849, Lincoln es informado que su amigo Poe ha sido víctima de un vampiro confederado y en el 57 descubrimos que las criaturas de la noche han planificado una guerra civil que tiene como objetivo derrotar a las fuerzas del Norte, instaurar la esclavitud y extender el vampirismo entre las personas de raza blanca.
La biografía imaginada por Seth Grahame-Smith deriva hacia un epílogo no menos peculiar ya que, tras el triunfo de Lincoln y el colapso que sufre el sistema esclavista, los vampiros emigran a Asia y Latinoamérica. Pero, antes de iniciar su huida, ordenan a uno de sus sicarios -John Wilkes Booth- que asesine a Lincoln en un teatro de Virginia y al grito de guerra «Sic semper tyrannis» (Así siempre a los tiranos).
Con estos mimbres lisérgicos, a Timur Bekmambetov no le ha quedado más remedio que poner en escena un espectacular y a ratos guiñolesco circo de tres pistas, en el que impera un estilo visual legado por la referencial «The Matrix» y en el que llama la atención ver al mismísimo Lincoln esgrimiendo un hacha, dando saltos imposibles y rebanando pescuezos a diestro y siniestro.
El actor Benjamin Walker ha sido el elegido para lucir la iconográfica barba del mandatario estadounidense y en el reparto figuran además Elizabeth Winstead, Dominic Cooper y Rufus Sewell. La fotografía de esta película, que ha sido rodada íntegramente en 3-D, lleva la firma del prestigioso Caleb Deschanel y la banda sonora es de Henry Jackman («Kick-Ass»).
No es la primera ocasión en la que han colaborado el escritor y guionista Seth Grahame-Smith y el cineasta Tim Burton -productor de «Abraham Lincoln, cazador de vampiros»-, ya que durante estos días podemos visionar en nuestras pantallas la última película dirigida por Burton y guionizada por Grahame-Smith,»Sombras tenebrosas». El propio Burton ha afirmado de el mayor atractivo de «Abraham Lincoln, cazador de vampiros» radica en su alegre y valiente irreverencia y en su hábil combinación de los filmes de terror de corte clásico y el cine de superhéroes. Transformar al presidente Lincoln en un cazador de vampiros ha supuesto un reto divertido no exento de riesgo. Es lo que siempre ocurre cuando se toma como protagonista a un personaje histórico y real. Al parecer la comunión Burton- Grahame-Smith tendrá una prolongación en la secuela de «Beetlejuice», la cual será filmada con técnicas de animación stop-motion.
Al igual que en «El enigma del cuervo» -como protagonista- y «Abraham Lincoln, cazador de vampiros» -como secundario-, el escritor Edgar Allan Poe ha sido invitado a ser partícipe o protagonista de otras historias-pesadillas. En el año 68, Roger Vadim, Louis Malle y Federico Fellini unieron sus talentos en el filme coral «Historias extraordinarias» y cada uno de los tres aportó su personal visión sobre otros tantos cuentos de Poe. El primero se decantó por «Mentzengeitzer», el segundo hizo lo propio con «William Wilson» y, finalmente, Fellini nos legó una de sus mejores piezas: «Toby Dammit». Basándose libremente en el cuento «No apuestes tu cabeza al diablo», el maestro de Rimini readecuó a su personal universo onírico las pesadillas de Poe a lo largo de un relato fascinante y en el que Terence Stamp -Peter O'Toole fue la primera elección para este rol- legó para la posteridad la mejor y más original encarnación que se ha hecho hasta el momento del autor de «El cuervo». En este episodio, Stamp-Poe es un otrora cotizado actor caído en desgracia que, a cambio de un último modelo de coche deportivo, aceptará el encargo de participar en una película producida por el Vaticano: el primer western católico de la historia. Mientras lleva a cabo este proyecto, el protagonista inicia un vertiginoso descenso a sus propios infiernos en el que se cuela una niña de aspecto inquietante que le saldrá al paso mientras recorre la noche sin levantar el pie del acelerador de su flamante coche-tumba. K.L.
«El enigma del cuervo», la última película de James McTeigue -autor de esa obra maestra del cine moderno titulada «V de Vendetta»- especula libremente acerca de esos miedos que acompañaron al célebre escritor de terror y misterio durante su última etapa vital.
Basada en la exitosa novela homónima del joven escritor Seth Grahame-Smith, «Abraham Lincoln, cazador de vampiros» es una delirante historia, de tintes lisérgicos, con chupadores de sangre sudistas que se alimentan de sus esclavos.