«La verdad es siempre revolucionaria; este sistema es posible en cualquier lugar»
Enzo Favoino (Milán, 1964) trabaja en el sector de la optimización de los sistemas de recogida selectiva de residuos y en el compostaje desde 1989. En la actualidad, es vicepresidente de la Red de Compostaje Europea (ECN), así como consultor de la Comisión Europea. Ambas tareas las compatibiliza con la de investigador en la Scuola Agraria del Parco di Monza, centro de formación profesional de referencia.
Oihane LARRETXEA | DONOSTIA
Su visita a la capital guipuzcoana con motivo del congreso anual Zero Waste Europe, que concluye hoy, ha sido un no parar. Tras ver in situ las experiencias de Usurbil y Hernani, conferencia en la Diputación y recepción en el Ayuntamiento. Y eso solo en la primera jornada. La Concha la vio solo de reojo. Habla con conocimiento de causa porque tiene en Italia, su país natal, el mejor ejemplo para ofrecer datos contundentes. Con ellos, sostiene que la verdad es revolucionaria, y que los resultados del «puerta a puerta» también lo son.
¿Cómo funciona el sistema «puerta a puerta» en Italia? ¿Se parece al implantado en cuatro localidades de Gipuzkoa?
Es muy parecido. De hecho, y en realidad, el «puerta a puerta» que se hace aquí está inspirado en el de Catalunya, y este se basó, ya en la década de los años 90, en el que se implantó en el norte de Italia. Pero, sustancialmente, y en cualquiera de los casos, es un sistema que hace que la responsabilidad recaiga sobre las familias, la ciudadanía. Y me explico. Si tú vas puerta a puerta, entonces el ciudadano se siente en la obligación de hacer las cosas bien, mientras que si pones los contenedores en la calle, no hay responsabilidad ninguna, porque se trata de un sistema voluntario y mucho más anónimo.
En Gipuzkoa, partidos de la oposición aseguran que este sistema es inviable en grandes municipios. ¿A cuántos millones de italianos abarca este sistema de recogida selectiva?
Debemos hacer una nueva estimación. Hace dos años rondábamos los 28 millones de personas, y calculo que hoy en día seremos en Italia alrededor de 30 millones de personas. Hay varias regiones, como Piamonte y el Véneto donde casi el 100% lo hace así. También en Lombardía, que con 10 millones de habitantes es la región más poblada. Gran parte de esta región lo hace. Pero también se lleva a cabo en las grandes ciudades, que viene a ser lo más importante. Como ejemplo Turín, donde el 65% de la población funciona con el «puerta a puerta», o Milán, que lo ha implantado en toda la ciudad. Aunque aún no recoge el orgánico, se estima que en año y medio estará en marcha.
Lombardía fue la primera región en implantarlo, en 1993. ¿Cómo ha evolucionado?
Efectivamente, ya han pasado casi veinte años. Lo hizo, por otra parte, para afrontar una crisis, como últimamente está pasando en Nápoles. Lo mismo ocurrió en Lombardía entre los años 1993 y 1994. Comenzó en un pequeño municipio llamado Bellusco, de apenas 6.000 habitantes. Enseguida lograron recoger el 70%, y ya en 1995 toda la provincia de Milán lo puso en marcha, al igual que el Véneto. Esta es la región con el mayor índice de recogida selectiva.
Al igual que ERICA, hay otras muchas cooperativas en Italia que trabajan en esta materia...
Se dedican, entre otras cosas, a crear estrategias para reducir la generación de residuos. En el caso de ERICA, es muy activa en la recogida selectiva... ¡pero son tantos los que en Italia reman en la misma dirección! Precisamente es bello, gratificante, ver que tanta gente ha constituido estas cooperativas, incluso sociedades privadas para trabajar en este sector. En algunos casos ejercen como competencia para la Scuola Agraria del Parco di Monza, pero la unión hace la fuerza, y se demuestra que la estrategia de todos nosotros está venciendo.
¿Que visión tiene del «puerta a puerta» a nivel europeo?
Se está convirtiendo en la opción prevalente, porque Europa sabe que con este sistema se consigue una mayor recogida selectiva y una importante reducción de residuo. Y todo esto ocurre de igual manera en unos u otros sitios, ya sea en la Europa del norte como en la Europa del sur. El resultado de la recogida no depende de la cultura o de la mentalidad local. No. El resultado de la de recogida depende básicamente del tipo de sistema que se implanta.
¿Qué papel juega la voluntad política en toda esta cuestión?
Es muy importante. No es indispensable que se produzca, pero con ella a favor todo es mucho más sencillo. Nosotros también trabajamos en lugares donde no existe esta voluntad política, pero sí hay grupos locales, movimientos que luchan por un sistema respetuoso con el medio ambiente. Suelo decir que la verdad es siempre revolucionaria, y cuando hablamos de que esto es viable en cualquier lugar, decimos una gran verdad. Y en los casos en que no había voluntad política, vemos que antes o después ese muro cae.
«Los resultados no dependen de la cultura o de la mentalidad local, sino del sistema de recogida implantado»