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MONTAÑA | Zegama-Aizkorri

Jornet y Kortazar repiten la fotografía

Kilian Jornet alcanza el poker de victorias y roza el récord de la prueba pese al mal tiempo. Ohiana Kortazar levanta los brazos por segundo año consecutivo.

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GARA | ZEGAMA

Medio millar de atletas desafió a la lluvia y las frías temperaturas de este final de mayo marzeante para recorrer los 42'195 kilómetros de la Zegama-Aizkorri. Undécima edición de la prueba que, al contrario de lo que sucede en la ikastola, tuvo a sus héroes en los repetidores.

Kilian Jornet y Oihana Kortazar repitieron la fotografía del año pasado, sustituyendo esta vez sol por niebla, cruzando la línea de meta en primer lugar. Y continuando, en el caso del catalán, con lo que casi puede considerarse una historia de amor. Cinco victorias ha celebrado, con la de ayer, en Zegama.

Con mérito añadido -para todos los valientes, en realidad, que se calzaron las zapatillas-, además, porque pese a las pésimas condiciones meteorológicas y el consiguiente mal estado del terreno, Jornet se quedó a menos de dos minutos de batir el récord de la prueba, vigente desde 2005, cuando Robb Jebb lo consiguió con condiciones bastante más favorables.

Jornet fue, además, el único atleta capaz de cubrir los 42 kilómetros en tiempo inferior a las cuatro horas. Y no precisamente porque la competencia no tuviera nivel. Pero a su clara superioridad -solo se le acercó el ganador de la Copa del Mundo, Luis Alberto Hernando- se le unieron los problemas de aclimatación de algunos participantes. Es el caso del norteamericano Dakota Jones, incapaz de asimilar el cambio del calor canario -venía de celebrar su victoria en la Transvulcania- al fresco guipuzcoano. Acabó en la 40ª plaza, a más de cuarenta minutos del vencedor.

También estuvo lejos el campeón del mundo Michael Wolfe, que concluyó 14º, mientras Tom Owens, segundo en la prueba el año pasado tras Jornet, bajó esta vez un peldaño para completar el podio desde el tercer escalón.

No es de extrañar que el atleta catalán se reconociera feliz, más aún tras su mala experiencia en la Transvulcania. También encantado «con una carrera muy especial, tanto por el recorrido como por los aficionados».

Los descensos

Igualmente feliz se mostraba Oihana Kortazar. Quizá porque no las tenía consigo, viendo el tiempo de los últimos días. Por eso mismo la victoria fue «diferente» a la del año pasado, también «especial porque ha sido más ajustada, no ha estado clara durante la carrera...». En declaraciones a Euskadi Irratia, la elgetarra afincada en Mutriku reconoció haberse visto ralentizada por los descensos. «Estaba resbaladizo, peligroso... Y yo no soy tan hábil como otras corredoras bajando, así que eso me crea cierto nerviosismo», explicó. Esos problemas, de hecho, llegaron a colocarle a dos minutos de la cabeza de carrera, «pero he aguantado, en la última subida le he atrapado y luego ya he podido seguir» hasta su segundo triunfo consecutivo en Zegama.

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