El seguimiento de la huelga en los centros de enseñanza pública en Nafarroa y los miles de personas que se manifestaron por el mismo motivo son un claro indicador tanto de la gravedad de esos recortes como del éxito de la respuesta de los sindicatos. En las protestas no solo participaron trabajadores de la enseñanza y alumnos, sino también padres y madres, ciudadanos en general que entienden que esos recortes afectan, además de a los trabajadores e, incluso más que a ellos, a los alumnos, debido a la notable pérdida de calidad que su formación sufrirá. También los próximos 29 y 31 de este mes serán jornadas de huelga, porque los sindicatos entienden que la agresión que los servicios públicos y, por tanto, la mayoría de los ciudadanos están sufriendo merece una respuesta proporcional a la misma.

En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, en cambio, la inicial convocatoria de huelga para el 31 de mayo en el sector público se ha reducido a una llamada de LAB, a la que se adhirió ESK, a un paro de dos horas, tras la desconvocatoria de ELA y STEE-EILAS -aunque no en Nafarroa-. Un desacuerdo de lo más inoportuno cuando la unidad de acción es más necesaria que nunca.