Tras ganar por 115-83, Miami Heat elevó a 3-2 su semifinal de Conferencia Este frente a los Indiana Pacers. Una vez superado el susto de la lesión de Chris Bosh, y con LeBron James y Dwayne Wade recuperando su mejor versión, los beach boys están a un solo triunfo de alcanzar la final de Conferencia.

El quinto duelo llegaba con la polémica de las constantes provocaciones que el jugador de Indiana Danny Granger está virtiendo al parecer, ya que en su opinión se le ha «faltado al respeto» a su equipo. «Se nos ha faltado al respeto nacionalmente y eso no lo vamos a permitir. Lo mismo que al llegar a esta serie todos daban ya como claro favorito a los Heat, pero estamos demostrando que somos tan buen equipo o mejor que ellos».

Granger recordó que durante todo el año a su equipo solo le fue retransmitido a todo el país por la televisión un partido, mientras que tres o cuatro equipos que no llegaron a la fase final fueron vistos muchas más veces.

Molestos con este comportamiento de su rival, James y Wade declararían que «si lo que busca es descentrarnos en nuestro juego, entonces está muy equivocado».

Y a fe que se lo demostrarían sobre la cancha. LeBron The choosen one James (30 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias) y Flash Wade (28 puntos) fue un dúo imparable para un Indiana Pacers desconocido. El parcial tras el descanso, 66-43, explicó bien el desplome de Indiana, incapaz de plantar cara con sus anotadores opacados.

Solo una agresión absolutamente fuera de lugar de Dexter Pittman a Lance Stephenson, con el partido totalmente decidido, empañó el triunfo de los entrenados por Erick Spoelstra.

La derrota de Indiana hizo daño por muchos motivos. A parte de estar cerca de la eliminación, también por ser la más amplia de su historia en play offs. Desde 1976, nunca había perdido por 32 puntos o más en postemporada.