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Seis medios centros de la cantera tendrán la responsabilidad de manejar la sala de máquinas blanquiazul

Pardo y Ros, la ilusión de dos jóvenes con desparpajo y futuro

Los últimos productos de Zubieta que ascienden al primer equipo esperan ganarse la confianza de Montanier desde la pretemporada.

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Joseba ITURRIA

Javi Ros y Rubén Pardo comparecieron ayer ante la prensa para trasmitir su satisfacción por la confirmación de su salto definitivo al primer equipo, con lo que la Real tendrá la próxima temporada seis medios centros de la cantera y menores de 26 años para dirigir el equipo.

Deberán compensar su inexperiencia con una calidad y un desparpajo que demostraron ante la prensa los dos últimos en subir. Sobre todo destacó la soltura con la que se manejó Javi Ros. El de Tutera nació el 16 de febrero de 1990 y llegó a la Real en edad infantil tras los pasos de su hermano Iñigo, ocho años mayor que él, que también fue blanquiazul hasta el Sanse. Javi tiene contrato para la próxima temporada y el club puede ejercer la opción de un año más.

Es un medio centro pequeño, mide 1.72, pero inteligente y técnicamente bien dotado, con gol y que puede jugar en distintas demarcaciones. Una polivalencia que el navarro espera que le ayude a ganarse la confianza de Montanier: «Soy medio centro, pero quizás porque le puedo dar con las dos piernas he jugado en varias posiciones y el mister está para decirme donde puedo jugar. Donde me diga, intentaré hacerlo lo mejor posible».

Jugó con 19 años recién cumplidos en el primer equipo cinco partidos en Segunda la temporada 2008-09 con Lillo, del que Ros guarda un gran recuerdo. La siguiente acabó cedido en el Eibar y ha tenido paciencia y buena cabeza para llevar bien sus dos últimos años en el Sanse.

«Tengo 22 años, soy joven y el debut quizás llegó pronto. El fútbol tiene estas cosas. Mi debut fue en Segunda y yo estaba tranquilo porque de mí solo depende entrenarme y jugar bien y pelear para que la oportunidad se diera. Siempre he tenido muy claro que quería ser jugador de la primera plantilla de la Real y por fin lo he conseguido»,

En este tiempo no se ha impacientado y se ha limitado a «hacerlo lo mejor posible con el Sanse. Cumplimos el objetivo tras una primera vuelta mala y eso es lo que dependía de mí. Las decisiones solo las tomo en el campo. A partir de ahí, el club decide. Estoy contento por el ascenso, es un sueño cumplido y tengo ganas de llegar al 2 de julio para hacer una buena pretemporada y darle trabajo al mister al decidir a quién pone».

Su pena es que su ascenso ha llegado motivado en parte por la retirada de Mikel Aranburu: «Me da pena no poder compartir vestuario con él. Sí he tenido la suerte de poder entrenarme y compartir momentos con él y para mí es el que mejor trasmite los valores de este club y le deseo suerte en su nueva etapa».

«A trabajar desde el primer día»

Rubén Pardo es más conocido para la afición. El de Rincón de Soto, nacido el 22 de octubre de 1992, ya ha estado toda la temporada con el primer equipo, con el que tiene contrato hasta 2015. Tras saber que deja el filial definitivamente se mostraba «muy contento y con ganas de trabajar desde el primer día para ganarme al entrenador».

Se ha hablado tanto de él este año que se le preguntó si siente presión para responder a las expectativas generadas sobre su juego y Pardo respondió que «no tengo ninguna presión, solo pienso en hacerlo lo mejor posible desde la pretemporada».

Señaló que él y Ros son compatibles porque pueden jugar en diferentes posiciones y del navarro apuntó que «tiene más gol que yo y muchas cualidades para hacerlo bien cuando el mister le dé la confianza. No necesita que le dé consejos». De hecho, tiene dos años menos.

Javi Ros supo esperar tras debutar en 2009

«Tengo 22 años, soy joven y el debut quizás llegó pronto. Estaba tranquilo porque de mí solo depende entrenarme y jugar bien y pelear para que la oportunidad se diera. Siempre he tenido muy claro que quería ser jugador de la primera plantilla de la Real».

«No pensaba que iba a jugar en Primera y el mister confía plenamente en mí»

Rubén Pardo ha sido protagonista durante todo el año porque un sector de la afición reprochaba a Montanier que no le diera más minutos. Al final, y a pesar de que las necesidades del Sanse llevaron al técnico normando a no contar con él en algunos encuentros, el de Rincón de Soto ha jugado con 19 años 346 minutos en Liga y 136 en Copa repartidos en diecisiete partidos, unas cifras que solo tres jugadores de su generación han superado esta temporada.

Preguntado por su valoración de los minutos que ha jugado los daba por buenos porque «la verdad es que no pensaba que iba a jugar en Primera este año y los minutos que he tenido he intentado hacerlo lo mejor posible».

De todo lo que le ha rodeado, que le hubiera perjudicado de no ser tanto él como su padre muy sensatos para lo que es habitual en un mundo en el que muchos chavales y progenitores tienden a perder la perspectiva, señalaba que «he intentado aislarme de lo que se decía. He trabajado en Zubieta y, cuando llegaba el día del partido, si decía que tenía que jugar jugaba y, si me dejaba fuera por otras razones, siempre le hacía caso porque tengo plena confianza en que el mister confía en mí».

Montanier habló con Pardo y Ros el día de la cena de final de temporada en la que se hizo oficial su ascenso y el riojano revelaba que el técnico le dijo que «estaba contento con los minutos que he jugado y los partidos del Sanse que me ha visto».

El navarro comentó de su charla con Montanier que «a mí me trasmitió que estaba muy contento con mi pretemporada y que mi actitud en los entrenamientos con ellos y con el Sanse fue buena y que merecía estar en el primer equipo. Me felicitó por la temporada y por el salto». Joseba ITURRIA

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