Maite SOROA | msoroa@gara.net
Defensa de la censura
La Mesa del Congreso español vetó el lunes la comparecencia en sede parlamentaria de la iniciativa Nafarroa Bizirik, lo que ha sido criticado como ataque a la libertad de expresión. Sin embargo, hay quien ha aplaudido a rabiar la censura del PP. Y entre ellos, por supuesto, Pascual Tamburri, quien en su columna en «Elsemanaldigital.com» comienza diciendo que «gran parte de la prensa nacional y toda la de Navarra ha recogido el descaro con el que Amaiur ha pretendido utilizar el Congreso de los Diputados para difundir su propaganda sobre la guerra de Navarra de 1512». Que Tamburri hable de propaganda, tiene su cosa. Pero ya le conocemos.
Un poco más adelante, el profesor expresa los motivos de su preocupación: «El grupo abertzale dice que `2012 es el 500 aniversario del inicio de la conquista de la actual Navarra por España y una fecha clave en la destrucción, por la fuerza, de nuestra estatalidad'. Y al menos tan preocupante como quién lo dice y dónde es qué se dice, y hasta qué punto se deja circular semejante patraña, y se permite que empape la opinión pública, y se fomenta que lo haga, y se convierta para una gran parte de la población, incluyendo personas públicas teóricamente ajenas a esto, la mentira en verdad y la verdad en mentira». Vamos, que lo que le preocupa es que la gente pueda decir lo que piensa. No estará tan seguro de su «verdad» si teme que los demás puedan contar la suya. Luego, lanza un guiño a su diario de cabecera: «Aplaudo desde luego a Diario de Navarra por la contundencia (y eficacia) que ha demostrado en este caso, en la defensa de la verdad y de los intereses de Navarra», para insistir otra vez en su desazón: «A estas alturas de 2012 aún una inmensa mayoría de navarros, después de décadas de enseñanza oficial de la historia provincial, creen el cuentecillo de las Navas y las cadenas del escudo. ¿Cómo sorprendernos si triunfa fácilmente un remix abertzale-navarrista-navarrero-buenista sobre 1512?». Ya, ¿cómo pueden pensar las navarras y los navarros que les arrebataron la libertad? A quién se le ocurre. Lo que no es raro es que Tamburri esté bajo de ánimo. Vean cómo lo expresa: «La decepción, el abandono, sentirse traicionado también por quienes supuestamente están del lado de uno, son sensaciones aún más peligrosas que una simple batalla luchada y perdida». Se siente solo, el pobre.