MARTÍNEZ DE IRUJO 22 - IDOATE  18

Juan Martínez de Irujo tuvo que sufrir de lo lindo para superar a Mikel Idoate en la primera semifinal del Manomanista (22-18) y clasificarse para la que será su sexta final en la competición. El delantero de Ibero, que se vio perdiendo 0-6 y 5-11 en la primera mitad del partido, resurgió a tiempo ante un Idoate espectacular que jugó un gran partido y al que solo le faltó un poquito más de poso en los últimos tantos del choque.

Hasta tal punto llegó el favoritismo de Irujo que apenas se cruzaban apuestas en los instantes previos al comienzo de la semifinal. Pero el saque inicial le tocó a Idoate, y con un juego eléctrico el de la Txantrea se adelantó 0-6 en un abrir y cerrar de ojos. Destacable en ese parcial el sexto tanto de Idoate, con una gran dejada en el txoko tras largo y duro peloteo.

Irujo reaccionó con una tacada de cinco tantos después de recuperar el saque, pero sus alarmas debieron comenzar a encenderse cuando Idoate volvía a marcharse en el marcador con cinco tantos de genio. A sus 22 años, el joven dejaba claras sus dotes de plazagizon en la cancha, y que iba a vender muy cara su eliminación.

De hecho, a Martínez de Irujo no le quedó más remedio que sacar su juego más serio para ponerse por delante en el partido por primera vez. Pegando muchísimo con la derecha, el cuatro veces campeón obligó a retrasar su posición a Idoate y firmó un parcial de 11 tantos que le dio una ventaja que parecía iba a ser suficiente (16-11).

Cansancio y sufrimiento

Pero llegado el momento, Idoate sacó a relucir otra de sus grandes virtudes, su espléndida forma física. Lejos de arrugarse, el txantrearra se aplicó en defensa para volver a meterse de lleno en el partido. Ese esfuerzo le permitió ponerse a un tanto en dos ocasiones, en el 17-16 y en el 19-18, un tanto durísimo que acabó con los dos pelotaris totalmente agotados y cogiendo aire en los vestuarios.

No obstante, el cansancio acumulado acabó haciendo más daño a Idoate, que cometió los pocos errores que aparecen en su caillero justo en el tramo final, el decisivo. Un sotamano claro fallado y una dejada que le pilló mal colocado -pidió vuelta sin razón- le dieron la ventaja definitiva a un rival que respiraba aliviado tras el mal trago.

De esta manera, Irujo tendrá la oportunidad de luchar por la que sería su quinta txapela en el Manomanista -contra Olaizola II o Bengoetxea VI-, mientras que Idoate deja claro que quien se enfrente a él en los próximos años tendrá un serio problema.