Los disidentes denuciaron que cientos de activistas de derechos humanos fueron arrestados ayer en China, mientras se concentraban con motivo del 23 aniversario de la represión contra el movimiento prodemocrático de Tiananmen.

El aniversario de Tiananmen sigue siendo un tema delicado en China, especialmente este año teniendo en cuenta las luchas de poder entre bambalinas antes del XVIII Congreso del Partido Comunista de China (PCCh) en otoño, a donde acudirá una nueva generación de líderes al poder.

China la considera como una «rebelión contrarevolucionaria» y se niega a compensar a los familiares de las víctimas.

«El Gobierno y el partido tienen una conclusión clara sobre este incidente» dijo Liu Weimin, portavoz de la diplomacia China.

Casi una docena de personas permanecen encarceladas por su participación en los hechos de la «segunda primavera de Pekín».

El Gobierno trata de evitar cualquier debate público o conmemoración de los acontecimientos de 1989, y el tema sigue siendo tabú para los medios de comunicación estatales.

Según fuentes de la disidencia, en los días anteriores al aniversario un millar de personas de diferentes regiones han sido detenidas y obligadas a regresar a sus hogares para no participar en las protestas del día de ayer.

A pesar de la vigilancia policial, mas de 80 activistas se reunieron en una plaza en Pekín con pancartas y coreando lemas exgiendo la restauración del movimiento. «Recuerde nuestra lucha por la democracia, la libertad y los derechos, así como a los héroes que han sufrido un destino trágico».

Llamada desde Washington

El Ministerio de Exteriores chino expresó ayer su «insatisfacción» después de que el Departamento de Estado de EEUU pidiera a China que libere a los presos del movimiento prodemocrático masacrado el 4 de junio de 1989, que aún siguen en la cárcel.

«Alentamos al Gobierno chino a liberar a todos aquellos que aún cumplen penas de prisión por su participación en estos eventos», dijo el portavoz de EEUU, Mark Toner.

Estas declaraciones representan una injerencia «en los asuntos internos de China y acusaciones infundadas contra el Gobierno chino», dijo Liu Weimin, portavoz de china.

«China expresa su fuerte descontento y firme oposición», dijo durante una conferencia de prensa.

Entre los manifestantes que permanecen en prisión por su participación en los acontecimientos de Tiananmen, dos fueron sentenciados a pena de muerte con suspensión de dos años, dos a cadena perpetua y otros dos permanecen encarcelados por trastornos mentales, según el sitio web Duihua.

Según un documento oficial del Gobierno Provincial de Hunan, un total de 1.602 personas de toda China fueron condenadas a prisión por su activismo en 1989.