Belén Oronoz estudia en su tesis cómo afecta el entorno a JosAnton Artze y a su poesía
La filóloga Belén Oronoz se ha basado en la perspectiva del culturalismo para investigar sobre JosAnton Artze. Ve tres ejes: por un lado, la contracultura y el frente cultural vasco; y por otro, la experimentación.GARA | GASTEIZ
La filóloga Belén Oronoz pasó de estudiar al movimiento Ez Dok Amairu a profundizar en JosAnton Artze (Usurbil, 1939), eje de la tesis que ha defendido en la UPV/EHU. En su día llevó a cabo un análisis comparativo entre dicho grupo y su homónimo catalán, gracias a una beca otorgada por Eusko Ikaskuntza. Es entonces cuando le surgió el interés por investigar más exhaustivamente la obra de Artze. Concretamente, el periodo que va de 1969 a 1979, años en los que se hacía llamar Harzabal (posteriormente ha solido utilizar el apodo Hartzut). La tesis doctoral se titula «JosAnton Artze `Harzabal': inguruaren eragina poesiagintzan (1969-1979)».
Según explica la investigadora de Hondarribia, en Ez Dok Amairu había tres poetas: Xabier Lete, José Ángel Irigaray y JosAnton Artze. Tenían un gran peso ideológico, ya que eran ellos quienes componían las letras; y Artze, además, cuidaba al detalle la estética, la puesta en escena. Ideológicamente, reflejaba a la perfección la época.
Oronoz ha indagado en los cuatro libros de poesía que publicó durante estos años: «Isturitzetik Tolosan barru», «Laino guztien azpitik», «Eta sasi guztien gainetik» y «Bide bazterrean hi eta ni kantari». Asimismo, ha hablado con el propio Artze, además de leer artículos de prensa sobre él. Por ejemplo, dijo en una entrevista que por aquel entonces veía el mundo «desde fuera hacia dentro», y este ha sido el punto de partida de la tesis: «El contexto le influía, lo reflejan sus poemas. Eso es lo que he investigado: cómo el exterior le afecta a él y a su poesía». En cuanto a la contracultura, la filóloga considera que Artze se enfrenta en muchos de sus poemas al poder, encarnado por la sociedad capitalista. En las reivindicaciones respecto al frente cultural vasco, Franco representa el poder, y los poemas de Artze son la resistencia que se le opone. También estaba implicado en la experimentación. En el libro «Eta sasi guztien gainetik», aparece un fondo oscuro en el que las letras parecen estar en el aire.