Oklahoma City Thunder debutaba con muy buen pie en unas finales de la NBA. Por 105-94, los sucesores de los Seattle Supersonics pusieron el 1-0 en su eliminatoria ante unos Miami Heat en el que LeBron James se encontró demasiado solo. El alero de los beach boys sumó 30 puntos, 9 rebotes, cuatro asistencias y otros tantos robos, pero apenas encontró la ayuda de Shane Battier -17 tantos, 13 en la primera mitad-, porque, pese a sus 19 tantos y 8 asistencias, Wade no cuajó un buen partido.

Mientras, Kevin Durant volvió a ser el líder de los Thunder. Con 36 puntos, 17 en el último período, 8 rebotes y cuatro asistencias, Durantula guió el triunfo de su equipo, pero no estuvo solo. Oklahoma fue por detrás en el marcador hasta el final del tercer cuarto -74-73 sobre la bocina del tercer asalto, tras un espectacular «dos más uno» de Wetsbrook, de menos a más hasta acabar con 27 tantos y 11 asistencias-, agarrándose al partido gracias a la experiencia de Derek Fisher, la defensa de Sefolosha y los rebotes de Collison, único superviviente de la franquicia de Oklahoma que jugó en los Seattle Supersonics.

Madurez y explosión

En los tres primeros cuartos, Miami Heat propuso y LeBron James dispuso. El alero, con la ayuda de Haslem y Battier, hizo temblar los cimientos del Chesapeake Energy Arena de Oklahoma. Los 18.203 espectadores congregados y «disfrazados» de azul animaban con todas sus fuerzas, pero el mal inicio de Westbrook y el peor partido de Harden, impedían que Oklahoma fuera por delante en su estreno en una final de la NBA.

Sin embargo, los entrenados por Scott Brooks mostraron una madurez impropia de unos debutantes. Los mencionados Collison, Fisher y Sefolosha, junto con Ibaka y Perkins, aportaban en ambas zonas, mientras que Durant aguantaba el tirón de James y Westbrook se iba entonando poco a poco, hasta conseguir adelantar a su equipo al filo del último cuarto.

En los últimos 12 minutos se vio el cambio de tendencia. James se notó muy fatigado -anotó siete puntos en el último período, por 17 de Durant- y excesivamente solo, ya que ni Wade estaba jugando su mejor partido y Chris Bosh, que aportó 10 tantos, aún no está en su mejor momento físico.

Liderados por su espigado alero titular, Oklahoma empezó a abrir brecha ante el delirio de los aficionados locales. No obstante, a pesar de que la renta de los Thunder rozaba ya la decena de puntos, un último arranque de LeBron James puso en solfa la victoria local. Dos mates de Collison tras una excepcional circulación de balón certificaron el 1-0. Mañana, a partir de las 3.00 de la mañana en Euskal Herria, Oklahoma y Miami disputarán el segundo envite.

«La victoria fue posible porque en la segunda parte salimos a jugar más unidos, convencidos que podíamos hacer mejor las cosas y luchar fuerte. La diferencia respecto a la primera mitad estuvo en que nuestra defensa mejoró considerablemente, fuimos más disciplinados en los tiros a canasta y hubo una aportación de todo el equipo; jugamos unidos y convencidos que podíamos darle la vuelta al marcador», declararía Kevin Durant, mientras que LeBron James se lamentaba porque «estuvimos en el partido hasta los últimos minutos».