Anuncian la deserción de un general suní del entorno del presidente sirio
La deserción de un general muy cercano al poder aunque miembro de una familia suní alineada con la rebelión ha desatado una polémica en torno a su alcance que coincide con un nuevo intento occidental y de las satrapías del Golfo Pérsico de apretar las tuercas al régimen. Sus propios expertos reconocen que, aunque las deserciones estarían minando la moral del Ejército, están lejos aún de haberla quebrantado.
GARA |
Un alto grado del Ejército sirio y amigo de infancia del presidente sirio, ha desertado y se dirigía ayer a París, según anunciaron fuentes cercanas al régimen. Se trataría del oficial más prestigioso en desertar desde el inicio en marzo de 2011 de la revuelta.
La página web Syriasteps, vinculada al aparato de seguridad, informó, citando fuentes «de alto nivel», de que el general Munaf Tlass desertó hace tres días y que se hallaba en ruta a París, donde ya se encontrarían su mujer y su hermana.
Hijo del general Mustafah Tlass, quien fuera ministro de Defensa y amigo de Hafez al-Assad, el padre del actual presidente, Munaf Tlass formaba parte de la nomenklatura siria.
Originario de Rastane, en Homs (centro), uno de los epicentros de la revuelta, es de confesión suní (la familia al-Assad es alauí, una rama del chiismo).
Alcance de la defección
En el transcurso de la conferencia de los «Amigos de Siria» en París, el jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, presentó la defección como síntoma de que el régimen sirio es «insostenible». El opositor Observatorio sirio de derechos humanos (OSDH) habló de «un golpe doloroso para el régimen y sus sectores más próximos». El también opositor Consejo Nacional Sirio mostró su disposición a colaborar con el general desertor.
Por contra, un portavoz oficial consultado por Syriasteps matizó que su huida no significa «nada». Fuentes del régimen señalaron que Tlass, general en la Guardia Republicana -unidad militar de élite-, fue apartado de esas funciones hace más de un año al ser juzgado poco fiable. Su padre y ex ministro de Defensa reside también en París.
Señalaron que la ruptura se consumó tras su negativa a comandar la ofensiva en marzo contra Baba Amr, un barrio de Homs. Esta misma fuente concretó que Tlass habría decidido finalmente huir, furioso tras la negativa de Bashar al-Assad de promoverle de general de brigada a general de división en la promoción anual del 1 de julio.
Su hermano, Firas, es un hombre de negocios instalado en Dubai, desde donde se ha posicionado a favor de la revuelta desde su blog. Su primo Abdel Razzak Tlass comanda en Homs la brigada Faruk, una unidad de combate del Ejército Sirio Libre. Su hermana Nahed enviudó del traficante de armas y millonario saudí Akram Ojjeh.
Columna vertebral intacta
Expertos occidentales y de los países del Golfo Pérsico apuntaban hace días que deserciones como la reciente del piloto del Mig afectan a la moral del Ejército pero reconocen que no han alcanzado una escala cuantitativa suficiente para tener gran impacto -la oposición habla sin pruebas de decenas de miles de desertores-. La lealtad y el temor explicarían esta situación y distinguen entre el Ejército regular, 325.000 hombres más 300.000 reservistas, y los 100.000 que componen las tropas de élite, incluida la 4ª División del 1º Cuerpo del Ejército, comandado por el hermano de al-Assad, la Guardia Republicana y parte de la 5º y 9º divisiones.
Recuerdan, además, que cada unidad está controlada por oficiales alauíes y que incluso muchos oficiales suníes temen el caos y una purga a la iraquí (desbaazificación) en caso de que finalmente gane la revuelta.
El presidente sirio, Bashar al-Assad, advierte. en una entrevista al diario turco «Cumhuriyet», que el régimen no cederá ante las presiones y los embargos. Resistiremos hasta el final (...) No vamos a rendirnos por un par de dólares. Déjalos imponer tantos embargos como quieran, nunca lograrán nada».
La publicación de la nueva entrega de esta entrevista coincidió en el tiempo con una nueva reunión de los autoproclamados «Amigos de Siria», que reunen a un centenar de países, preferentemente occidentales y árabes.
Además de acordar que la siguiente cita será en Marruecos -escenario asimismo de una revuelta contra el régimen-, los reunidos acordaron exigir la salida del poder de al-Assad, lo que no está recogido en el acuerdo de Ginebra hace una semana, que bajo la égida de la ONU apostó por la participación del régimen y la oposición en un proceso de transición. Justifican esta exigencia en que «aquellos que comprometen la credibilidad de la transición deben ser apartados».
Los «Amigos de Siria» prometen «incrementar masivamente la ayuda a la oposición», sin concretarla más allá del suministro a la oposición de instrumentos de comunicación. La conferencia, que promete, a futuro, pedir cuentas al régimen, se felicita por la nueva resolución contra Damasco del Consejo de DDHH de la ONU, que rechazó una contramoción rusa de denuncia de «condena de todos los actos de terrorismo en Rusia».
La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, fue más allá al exigir que Rusia pague «un precio por su apoyo al régimen». Moscú criticó esta «declaración inapropiada» que, a su juicio, no se inscribe en el marco del reciente acuerdo internacional (Ginebra) sobre Siria. GARA
