Crónica | Gaupaseros
Pero tú, ¿a dónde vas con semejante cara?
En San Fermín la noche es tan larga como el día siguiente. Esto genera un especimen muy particular: el gaupasero. En algún momento dado, ha de regresar a su cubil, pero resulta complicado justificar las pintas y, sobre todo, la cara.
Aritz INTXUSTA
El alcohol nubla la vista y cambia las percepciones pero, lamentablemente, se trata de un fenómeno subjetivo. En realidad, el alcohol no impide que los demás te vean en tu estado real que contemplen lo espléndido que vas tras una farra.
Los fotógrafos de GARA han emprendido un pequeño safari en busca de algunos gaupaseros en el terrible momento de regresar a casa y en pleno apogeo. Los hay que aún mantienen un rostro medianamente decente, pero en su inmensa mayoría, no salían tan mal en una fotografía desde su comunión.
En realidad, tampoco hay que ser tan drástico, el desenfreno sanferminero nos iguala a todos: ricos y pobres, guapos y feos. Un careto de madrugón da lo que da. Quienes no aparezcan aquí deben de tener muy en cuenta que esta es la pinta que lleva todo el mundo antes de meterse de nuevo a la cama y, fundamentalmente, antes de darse una buena ducha.